Youtube, entre la normalidad y lo extraordinario

Mientras tú estás leyendo esto, hay un mundo paralelo viviendo sus historias en Youtube. Y aunque tú te creas Julio Iglesias… NO lo sabes.

El universo Youtube es ciertamente fascinante. Y lo es porque se mueve entre la más absoluta normalidad y la excepcionalidad más extraordinaria. Por allí triunfan quienes comparten su cotidianidad y quienes son capaces de hacer o vivir momentos inalcanzables para la inmensa mayoría. Desde amas de casa que nos enseñan lo que compran en Mercadona, o hacen revius in situ de los productos más inverosímiles (geles de baño, mascarillas, bandas de depilación o cremas corporales), a ex-gordos (o eso dice que fue en algún momento Valentí) que lo mismo se hacen los 530kms del ultraman de Hawaii que el camino de Santiago corriendo, o virtuosos que recrean el Beat It de Michael Jackson con una guitarra. Y por supuesto, miles de adolescentes/jóvenes que como no conocen las supuestas reglas que rigen la comunicación, no tienen ningún reparo en pasárselas por el forro de los cojones y hacer lo que les da la gana en cámara, y que han conseguido que haya una generación que repudia la TV y está enganchada a youtube.

Y precisamente esa es la clave del éxito de aquellos que comparten su cotidianidad. Que lo comparten porque les gusta lo que hacen, sin ambición de alcanzar una determinada cifra de visualizaciones/compartidos. Y eso es precisamente lo que les da autenticidad y los hace irrepetibles. No buscan un objetivo concreto. No promocionan nada. O al menos nada más allá de lo que a ellos les gusta y a ellos mismos, ya que con el tiempo, y si son bendecidos por la audiencia, se convierten en marcas ellos mismos, como Rubius en España o Casey Neistat en NYC por nombrar a un par.

Esa es la comunicación no del futuro, sino del presente. Comunicación entre pares, entre personas, donde las marcas pueden jugar el rol de paganini y de actor secundario, porque el de prota ya está pillado.

La realidad es que una marca tiene poca credibilidad recomendando sus propios productos, eso tiene que asumirlo, y por el contrario, el ver a otra persona usando de forma creíble y natural un producto – el clásico endorsement, pero bien hecho – le otorga credibilidad, contexto y deseabilidad. Porque puedo verme reflejado en quien lo usa.

Por eso cada vez estoy más convencido de que nuestro trabajo como profesionales de este mundo de la comunicación digital, aquello en lo que de verdad podemos aportar un elemento diferencial a la hora de ayudar a las marcas a mejorar su comunicación para (re)conectar con sus clientes, incluye tanto el crear conceptos/excusas de comunicación, como el ayudarles a navegar en este caos de perfiles, de posibles compañeros de viaje, separando el polvo de la paja y orientándoles hacia aquellos que realmente pueden aportar ese plus de credibilidad y realidad del que en demasiadas ocasiones adolecen las marcas.

La gran duda es la de siempre: ¿cuánto vale ese conocimiento, esa agenda, esa red?. ¿Cuánto vale saber qué tornillo es el que hay que apretar?. Ah, el maldito parné…

Paz!

L.

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Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

Comentarios

  1. La TV cada vez será más residual para la gente que pasa el día conectada a la red. Y lo que nos queda por ver y aprender. Entre lo que más me ha encantado descubrir , están los Booktubers, los nuevos recomendadores/críticos de libros.

    Seguiremos este fenómeno

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