La cara oculta de generar contenidos

En el video de esta semana, que subí a mi canal de youtube el viernes por la tarde, hablaba sobre lo que llamaba «la cara oculta de generar contenidos«, y en él desvelaba lo que hay detrás de toda pieza de contenido: tiempo e ideas. (Dejo aquí el video por si no lo viste)

Lo subí porque me sigue resultando curioso que todavía mucha gente siga sin valorar el trabajo que supone la creación de contenido. De cualquier contenido. En cualquier formato y para su uso en cualquier canal. Incluso el mal contenido – que lamentablemente es mayoría en Internet – cuesta trabajo. Y esto es porque, como casi cualquier trabajo, y esto lo es, cualquier pieza tiene un componente de «trastienda» importante. Y por trastienda me refiero al proceso de investigación previo, a la generación de la idea y a su creación propiamente dicha, en el formato elegido, normalmente con su correspondiente proceso de prueba y error.

El hecho de que ahora mismo tengamos a nuestro alcance herramientas que nos facilitan esta creación de contenido sin necesitar una gran inversión, no elimina la necesidad de las fases previas. De hecho, son quienes se las saltan los que seguramente más están contribuyendo a alimentar el vertedero de contenidos en el que cada vez más se está convirtiendo internet.

Pero yo reto a cualquiera de los que menosprecian a labor de todas las personas que contribuyen a la generación de BUENOS contenidos a que se pongan en su papel. A que asuman por un momento su rol. Que escriban un post diario o semanal durante un par de meses. Que graben tres videos. Que empiecen un vlog. Que hagan una infografía. Que gestionen la presencia de una marca en redes. En ese momento empezarán a tragarse sus palabras una a una y a valorar ese TRABAJO. Porque es lo que es.

Y este «desprecio» me parece especialmente sangrante en el caso de youtubers/viners/snapchaters que por parte de muchos son vistos como «esos que hacen videos«. Hazlo tú, les diría. Posiblemente para nada, claro. Y además esa facilidad aparente es la que quizás está empujando a muchos que «creen que pueden» a empezar aventuras audiovisuales que quizás nunca deberían haber nacido. (Nota mental: ¿seré yo también uno de esos?)

Curiosamente, muchos de los grandes, de los que hacen videos o vlogs con miles o millones de seguidores (me refiero a Casey, a Ben, a Louis, a Adrian, Shaun, Jon, David, Liza, Luzu, Mellow, Rush, Omai, Julen, Valentí…) le dedican una parcela muy importante de sus vidas a ello, o directamente TODA su vida, y confiesan abiertamente dedicar diariamente de 3 a 5 horas en el proceso de edición, por ejemplo. Hazlo tú, volvería a decirle a muchos. Si es que sabes, claro, que la facilidad aparente se acaba en cuanto abres el editor. De la capacidad de generar ideas atractivas ni hablamos, claro. A algunos eso se les acabó cuando abrieron los ojos.

Y si ese «desprecio desinformado» me duele cuando lo hacen los usuarios – supongo que detrás de eso estará la justificación moral del pirateo también, porque total, hacer una peli, un libro o un disco no cuesta nada… – cuando lo hacen las marcas me parece directamente lamentable. Marcas que pretenden que un youtuber, instagrammer o un blogger hable de ellos porque si, sin valorar ni su tono ni su temática, deslumbrados sólo por su audiencia. O cuando una marca no entiende el valor de la estrategia y la diferenciación de contenidos por canales y públicos objetivos. Que no entiende el trabajo de trinchera de generación y coordinación, de segmentación y publicación, y la posterior respuesta a la interacción. Aunque luego leen que eso se hace también en política y flipan. Y lo quieren también para ellos.

Porque seguimos en la España del «eso lo hace cualquiera«, de ver un cuadro y soltar con orgullo un «eso lo hace mi hijo de 5 años» y quedarse tan anchos. Cuñadismo puro. Hasta que le das el pincel al chaval… o al bocazas de su padre.

Paz!

L.

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Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

Comentarios

  1. Pues tienes toda la razón, yo me paso media vida «aleccionando» a la gente con este tipo de temas y otros relacionados, pero bueno la ignorancia es lo que tiene y el quejarse sin saber está de moda.
    Un saludo

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