El valor de la recomendación

El sábado pasado teníamos que estar en Madrid por un evento al que asistía mi mujer, así que hicimos noche el viernes allí. Ella fue en AVE, yo en la moto (cualquier excusa es buena para rodar un rato en Harley…). Eran más de las 21:30h cuando nos juntamos en el hotel, y después de una ducha rápida nos dispusimos a salir a buscar un sitio donde picar algo para cenar. De camino a las escaleras saqué el móvil y abrí instagram. La primera foto que me apareció fue una de Icaro Moyano. En ella un torrezno me miraba a los ojos sonriente mientras me susurraba “ven a por míííí” cual sirena de los mares  (quizás eso lo imaginé yo, puede ser). La foto estaba geoposicionada. Bar Alonso Cervecería Marisquería. Suena bien. Click. Festival de fotos de torreznos, callos, pulpo, bravas y gente sonriendo satisfecha. Ver en Mapas. A 10 minutos paseando desde nuestra posición. Bingo. Ya teníamos plan!

Aquí no hay ni estrategia de redes sociales de la marca, ni posicionamiento SEO ni campaña SEM ni nada de nada. Aquí lo que hay es una persona en la que yo confío en materia culinaria (Icaro, según el mismo reconoce, se gasta los dineros en zapas – de dudoso gusto a veces, en mi opinión – y buen comer) que lanza una publicación, que para mí es suficiente para superar cualquier tipo de duda o barrera. Si además la valido con la opinión de otros cientos de desconocidos, mejor que mejor, aunque realmente no me hacía falta. Y acabamos comiendo unos maravillosos torreznos, unos exquisitos callos, y unos no menos ricos boquerones fritos. Todo recomendado por Icaro, que por suerte (para nosotros) aún seguía allí cuando llegamos.

Pero todo arranca con un MUY BUEN producto. A partir de ahí empieza a rodar la bola. Que además no para, porque yo también compartí la foto y hubo quien dijo en los comentarios que “se apuntaba” el sitio para ir a probarlo. La mejor estrategia de marketing es hacer las cosas bien. E inexplicablemente ese es un punto que en demasiadas ocasiones obviamos, y ponemos más esfuerzo en alcance y visibilidad – en “encontrabilidad” – que en asegurarnos que cuando nos encuentren lo que van a descubrir sea bueno. Y así no van las cosas. O al menos no van en la dirección adecuada

Hay 2 maneras de conseguir recomendaciones:

  • Hacerlo bien
  • Hacer molar

Hay una tercera (pagando), pero ni la voy a nombrar. ¿Está tu marca ofreciendo un producto o servicio tan bueno que tus clientes no pueden resistir compartirlo? ¿Has definido qué quieres que digan y puesto los medios para que eso ocurra?

En muchas ocasiones hablo de lo que se ha hecho en Cerler, una preciosa estación de esquí del Pirineo Aragonés. Por su ubicación, por sus pistas, por el entorno, por sus gentes y por otras muchas razones, es una estación muy especial para todo el que la visita. Tanto, que es habitual volver con la sensación de que tiene “un algo”. Con ese insight, se elabora un concepto de marketing: Cerler Enamora. ¿Qué se hace para que sean los propios visitantes los que lo difundan? Ponérselo fácil. Provocarles. ¿Cómo? Poniendo un corazón enorme en un punto estratégico de la estación, con unas vistas espectaculares (entre otros, con el Aneto de fondo). ¿Qué hace todo el mundo que pasa por allí? Sacar el móvil y hacerse una foto. ¿Cómo hacemos para que el mensaje esté alineado con el que busca la estación? Se vinila el corazón con el hashtag #CerlerEnamora. ¿Qué hace la gente? Usarlo. Incluso cuando en la foto no aparece el corazón. ¿Qué Impacto tiene esto? El mismo que el de una foto de un torrezno a las 21:30h de un viernes. Genera deseo. Crea conversación. Y ganas de ir y comprobarlo.

Las recomendaciones son una de las mejores vías de descubrimiento de marcas, productos y servicios. Los muros de nuestros amigos son las nuevas SERPs. Confiamos MUCHO más en las opiniones de las personas que en las de las marcas. Así que deja de obsesionarte con lo que TÚ publicas en tus redes, y obsesiónate con provocar que tus clientes hablen de ti en las suyas. E idealmente, que sepan mencionarte, etiquetarte, geoposicionarte o usar el hashtag que TÚ definas. Deja de pensar en cómo viralizar, y piensa en cómo enamorar. Y en hacer molar. No habrá algoritmo que te pare.

Paz!

L.

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Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo. Lo más importante es tener un buen producto, porque entonces las menciones, recomendaciones etc vendrán solas. Mejor tener 100 seguidores en cualquier red social que hable bien de ti y te recomiende que 30.000 y ninguno hable de ti. Yo recomiendo a mucha gente y hago mucha publicidad de muchas empresas por sus valores y éticas y por sus productos. Recomendar un restaurante,obra de teatro, tienda etc es lo que al final hace el boca boca y muchas veces las empresas lo olvidan y se recrean en conseguir seguidores que luego no te aportan nada. Creo que tú artículo es muy bueno y espero que las empresas tomen nota!

    1. Opino lo mismo que tú, Marga. De nada vale tener muchos seguidores si ninguno habla contigo o de ti. Son mucho mejores las comunidades pequeñas y activas que las grandes y zombies. Ojalá marcas y particulares nos diéramos cuenta de eso, y nos enfocáramos más en enamorar que en (intentar) «viralizar»…

      Gracias por los piropos y por comentar! 😉

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