La capacidad de llegar a la pantalla de alguien (vía redes, mail o como sea) hay que trabajársela y ganársela, y no creer que un like o un follow nos da derecho a ello. Deberíamos ponernos en su piel cada vez que pulsamos publicar/enviar y pensar seriamente si nos gustaría recibirlo. Si dudas… no lo mandes!