La Mecha

El pasado viernes (10/10/09), estuve disfrutando del Trial Indoor en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza. El espectáculo, organizado por Octagón, fue, como todos los suyos que hasta ahora yo he visto, impecable. Los recorridos de las diferentes zonas, espectaculares. Los pilotos, de otro planeta. La gestión de patrocinadores, accesos, acreditaciones, presencias de marca, capacidad y flexibilidad para crear experiencias personalizadas, zonas VIP, etc, etc, sencillamente exquisita. Pero hubo un elemento sin el cual el espectáculo – y por lo tanto la experiencia y el recuerdo de los asistentes, y con ello la rentabilidad de la inversión de los patrocinadores – hubiera sido radicalmente distinto: el Speaker.

Una vez más, él fue una pieza clave en el show. Y una vez más la elección no puedo ser más acertada. Cesc Vila es garantía de acierto seguro. El es el Speaker de Montmeló, y ya le he visto (y oído) ejercer su magia en varias ocasiones, y siempre con el mismo nivel de maestría: En el Motocross Freestyle del pasado año en Logroño, en la exhibición de Trial Indoor de Logroño, en la Baja Aragón de este año y en el premio del pasado viernes. Los espectadores parecía que estábamos a sus órdenes, esperando su voz para iniciar un cántico, un grito, un aplauso, o crear una ola que recorriera incansable las gradas del Pabellón. Y él nunca se cansaba. Hablaba con los pilotos, con el público, con las chicas de los marcadores, con los mochileros, explicaba las zonas, opinaba, se implicaba, abroncaba a los espectadores cuando el nivel de ruido bajaba, nombraba a los patrocinadores, hacía bromas, se reía, se asustaba de las piruetas y los saltos…en definitiva, hacía partícipe a todo el mundo de la emoción de un evento de estas características. Sin él, habríamos visto un espectáculo formidable. Gracias a él, VIVIMOS una experiencia memorable.

Y eso es lo que creo que las empresas deben buscar, y cuidar una vez lo encuentran. Esa persona que es capaz de VIVIR una experiencia, de COMUNICARLA y de TRANSMITIRLA. Esa persona capaz de encender la mecha. De hacer que el fuego prenda y alcance la dinamita….porque una vez llega al cartucho…la explosión no hay quién la pare !!

Objetivamente el espectáculo del viernes fue bueno. Muy bueno. Pero la gente estaba tan alucinada con lo que veía, que se olvidaba de exteriorizar y compartir la emoción. Simplemente estaban ahí, con la boca abierta y mirando con incredulidad los saltos y malabares que hacían los pilotos con las motos. Y entonces llegaba Cesc. Y el pabellón se convertía en una fiesta. Gente gritando, aplaudiendo, coreando nombres de pilotos, iniciando cuentas atrás colectivas que marcaban el momento en el que el piloto se lanzaba por los aires para intentar alcanzar un obstáculo, a priori, inalcanzable. Y cuando lo alcanzaba – porque lo alcanzaban – rompía en un aplauso atronador, dejándose las manos en ello, haciendo suya y compartiendo con el piloto la satisfacción por haber llegado.

Una empresa puede tener un producto técnicamente perfecto, objetivamente recomendable y estéticamente atractivo, pero si no consigue crear EMOCIÓN, su recorrido será previsiblemente corto. Porque la emoción está en la base de muchas decisiones de compra, de muchas experiencias de consumo. Y para que esa carga explote….alguien tiene que encender la mecha.

Las Redes Sociales pueden jugar un papel clave en este proceso. Por varias razones. En primer lugar porque, probablemente, las personas con capacidad de hacer saltar esa chispa, las personas con capacidad de comunicar y CONTAGIAR esa emoción, se encuentran en este adictivo mundo de las web 2.0, los blogs, wikis, comunidades, foros, facebook, myspace, youtube, flickr y compañía, y en segundo lugar porque el propio medio está “impregnado de gasolina” y lleno de “mecheros” con los que prenderle fuego, y eso todos sabemos que, a la hora de hacer arder la mecha, es francamente bueno.

Hoy por hoy no es una decisión inteligente el no estar ahí, en la conversación, o estar pero sin ganas y/o conocimiento del medio, porque lo quieras tú o no, se está hablando de ti,de tu empresa y de tu producto. Para bien o para mal. Por activa (con gran presencia en distintos canales) o por pasiva (muy poca presencia fuera de la que la propia empresa paga). Y como dice el indispensable Cluetrain Manifesto, “los mercados son conversaciones”, y en los mercados la base de todo es la conversación.

De modo que ya saben. Si tienen una empresa, un producto, una reputación que mantener o algo que vender, hay que salir ahí fuera, donde quiera que estén los clientes, los consumidores o los prescriptores. Identificar a un buen Speaker. O a muchos. Aportarle la mayor cantidad de información posible, y dejar que comience la conversación.  Y permitir que se cree diálogo. Que unos pregunten y otros respondan. Que unos hablen y otros les quiten la razón. Y que luego lleguen otros y se la vuelvan a dar. Y que no sea un aburrido folleto publicitario a dos voces. Que sea real, creíble y confiable. Porque este mundo está basado en realidades, en cómo la gente de verdad percibe ese producto, esa empresa o a esa persona. No en cómo querrían ellos ser vistos, sino en cómo son de verdad. Y esto desde luego no es tarea menor. Las demandas de tiempo y de “cuota de cabeza” que requiere esta labor para hacerlo bien son cada vez mayores. No es un juego de niños. Internet es transparente y las mentiras duran poco en ser destapadas. Muchos ojos miran. Muchas bocas hablan. Para bien. O para mal. Pero en muchas ocasiones puede ser la diferencia entre un buen producto…y una EXPERIENCIA recomendable.

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Paz !

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Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

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