¿Todas las marcas son medios?

Old phone boothLos Medios Sociales indudablemente son una revolución en las relaciones entre marcas y usuarios/clientes. El contenido es el Rey, el contexto la Reina, y la presión de la publicación contínua de contenidos – propios y ajenos – que ayuden a definir la personalidad digital de la marca son el pan nuestro de cada día 2.0. Lo que pasa que en ocasiones me planteo si no estaremos – aquellos que nos ganamos la vida ayudando a las marcas y empresas a entrar y desarrollarse en estos nuevos mundos – estirando en exceso las obligaciones de las marcas, como si en realidad nos diera miedo dejar de ser –  nosotros, no las marcas – necesarios.

Da la sensación de que lo que pretendemos es trasladar la idea de que una marca que no publica un blog, que no comparte de forma constante diversos materiales en Facebook o que no lanza perlas ingeniosas y de valor en twitter cada 20 minutos, no es realmente una marca 2.0. Pero… ¿y si no estuviéramos en lo cierto? O quizás, poniéndolo de otra manera para evitar colapsos de algunos, ¿y si esta obligación no fuera tal?

Si la base real del famoso cambio de paradigma es la conversación, parece razonable el pensar que es positiva esa obligación de publicación, precisamente como propuesta de «temas de conversación«, pero, si no hay usuarios que «escuchen» al otro lado, ¿sigue teniendo sentido? ¿no se convierte en un monólogo más próximo al spam que a comunicación? ¿no acaba siendo un elemento de rechazo más que de atracción? Porque el hecho de que la tecnología nos lo permita, no implica que todos seamos capaces de hacer uso de ella con corrección, como podemos comprobar a diario en multitud de blogs, facebook pages y twitters corporativos llenos de basura de relleno. No todas las marcas tienen por qué tener – como marca – una interacción diaria con sus clientes, ya que hay marcas que no ocupan ese papel en la vida de los usuarios. Y nuestra obligación como consultores externos también debería ser el evitar ese sentimiento narcisista que algunas marcas tienen, que les hace creerse esenciales y centrales en las vidas de la población en general. Cuántas veces al día piensa un usuario en colchones? y en lavadoras? en aceites de motor del coche? en cordones de zapatillas? Otra cosa es que se hable de la importancia del descanso, del cuidado de los tejidos, de alargar la vida del motor, de estrategias de carrera, etc, etc, etc… pero es que eso NO ES TAN FACIL, y la realidad se encarga de demostrarnoslo día tras días.

Os imagináis por un momento que los consultores y agencias empezáramos a decirles a TODAS las empresas que lo que tienen que hacer es – como ya hacen los pesados de las telcos – llamar por teléfono a números al azar para transmitir su mensaje? o sacar coches con altavoces a las calles para lo mismo, cual vulgares (y odiables) políticos en campaña? Absurdo, verdad? Pues pensad que lo que algunos hacen en Facebook o twitter es parecido…

La realidad del trabajo del día a día de muchos clientes, especialmente PYMES, es que no disponen de los recursos necesarios (tiempo y personas) para destinarlos a la generación de materiales y «curación de contenidos» que les permitan ese flujo contínuo de informaciones sobre sus «alrededores» como empresa que en nuestro mundo mental consideramos – consultores y agencias – como ideal. Pero igual sólo es ideal en nuestro mundo mental, no os parece? En la mayoría de ocasiones creo que es MUCHO más importante – y se descuida – que la marca en cuestión tenga una página web IMPECABLE, con toda la información que un cliente o un potencial cliente pueda llegar a necesitar en un momento dado, perfectamente indexada, con un buscador que funcione, y elegantemente presentada, FACILMENTE COMPARTIBLE por parte del usuarios a través de los canales necesarios, y que ADEMAS ofrezca canales sociales como CANALES DE COMUNICACION Y RELACION. Teléfonos 2.0, vamos. Que cuando suenan se contestan al momento, pero que no se usan para molestar a las personas que están al otro lado contándoles cosas que no les importan.

O quizás esté equivocado, y las décimas de fiebre que dice el termómetro que tengo en este momento me estén haciendo decir tonterías. Quién sabe…

Paz !

Photo Credit: Jon Burney (Flickr)
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Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

Comentarios

  1. A las buenas Lucas, y que esa fiebre te deje tranquilo pronto. Me he sentido muy, muy identificado con este post, sobre todo en dos de las cuestiones que comentas:

    a) Muchas marcas, productos o servicios en las plataformas sociales tienen una tendencia «natural» (y poco recomendable) a convertir su muro o su TL en un feed de noticias. Es decir, si el servicio que se ofrece es del sector salud, muchas veces veremos cómo el muro se convierte en un pseudo kiosko de prensa, con los titulares del día del sector. No digo que aportar información sea malo (es una forma de dar valor a los seguidores), pero no creo que un fan o un seguidor se vaya a convertor en un prescriptor solamente por eso.

    b) Obsesión por la publicación diaria. Le ofrecemos al cliente «3 publicaciones en el muro y un mínimo de tweets…blablabla…», cuando, en ocasiones, lo que no puede ser no puede ser, y a demás es imposible. ¿Estamos demasiado obsesionados con los muros y los TL y descuidando otras plataformas? ¿Deberíamos atender más a la conversación y dejar de «retransmitir» tantas noticias?

    Un abrazo y felicidades por el post 🙂

    1. Gracias Oliver !! Parece que ya voy algo mejor…
      Me alegro de no ser el único que ve así el tema, la verdad. Lo cierto es que creo que todavía estamos descubriendo el punto a todo esto, y eso es normal, pero me da rabia que a veces parece que hay empresas aconsejadas por su peor enemigo… obsesionadas por lanzar, y que DESCUBREN que no son importantes en la vida de los usuarios, y es entonces cuando se agobian…

  2. No creo que sea la fiebre. En líneas generales tendemos a exagerar conceptos y enarbolar nuestros estilos e ideas como si fueran la verdad suprema del conocimiento, la mayoría de las veces por elitismo. Al igual que unas estrategias van mejor para unas empresas que para otras y no las aplicamos a todos por igual, groso error si se hace, con las redes sociales ocurre igual, ya que no todos pueden, deben o necesitan la misma forma de aparecer. ¿Es útil fomentar el diálogo?, por supuesto, pero no es la panacea para las empresas.

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