Estos días pasados he estado de ruta con la moto por Europa. Eramos un grupo grande (75 Harleys) de gente de todo el mundo, que nos juntamos cada dos años. Las rutas estaban definidas de antemano, y nos dividíamos en 3 grupos para rodar más tranquilos, en formación, y cada grupo con un Road Captain delante y un Sweaper detrás. Además todos teníamos un roadbook de cada día, algunos llevábamos GPS con la ruta, y unos pocos llevábamos mapas en papel. Y por si era poco, cada mañana montábamos un briefing con toda la gente y se explicaba brevemente el plan del día. Vamos, que había un plan, que el plan era conocido por todos, y además estaba documentado.

Y a pesar de eso, más de la mitad de la gente no era capaz de posicionar en un mapa donde estaba en cada momento. Secillamente porque desconectaba, confiaba en la gestión de los líderes de cada grupo, y se dedicaba a rodar en su posición sin pensar en nada, en automático… Y claro, de repente ocurría lo inesperado, el grupo se cortaba en un semáforo al cruzar una ciudad, una moto se quedaba señalizando el siguiente desvío, pero el grupo se confundía de salida en una rotonda anterior… y bum! De repente estás sólo, en un país lejano, sin teléfono, quizás sin hablar el idioma y sin saber dónde estás, ni a dónde vas !! CA-GA-DA. Y mal rato…

 ¿No os suena DEMASIADO familiar a lo que ocurre con muchas marcas y sus estrategias en Internet? Todo bien escrito, bien definido, bien presentado… y ejecutado en automático. Todo fenomenal… hasta que las cosas se tuercen. ¿Y entonces? Nervios, tensión, miedete, agobio… Por eso es tan importante que tu empresa, tu marca, además de definir un plan, de ponerlo por escrito, de distribuirlo, de explicarlo… se preocupe de que las personas que luego lo van a llevar a la práctica no desconecten y de verdad sepan por qué y para qué hacen lo que hacen. Que no sea sólo por cobrar/facturar a final de mes. Que sean conscientes siempre de dónde se encuentran, en qué pueblo, en qué carretera, en qué cruce y que no dejen de leer las señales. Sólo así serán capaces de reaccionar a los imprevistos, de mantener la cabeza fría e «improvisar» un plan que les permita llegar a destino. Quizás dando algo más de vuelta, pero llegando, que es lo importante.

De ahí mi insistencia en que SIEMPRE es recomendable que sea el propio cliente quien gestione sus redes, sus puntos de atención y contacto con sus clientes, y no un agente externo, para que sea consciente en todo momento de su situación, de las alternativas y de los imprevistos. El consultor, la agencia, el freelance, es su entrenador personal, el que le dice que tiene que hacer abdominales, sentadillas y flexiones. El que le pesa y le mide semana, quincenal o mensualmente. El que le marca la dieta y las rutinas de trabajo y descanso. Pero quien hace las abdominales, quien va a la compra y quien cocina, ese ha de ser el cliente. La empresa. La marca.

Que no nos anestesie la tecnología. No confiemos ciegamente en ella, que para viajar – y esto es un viaje, no lo olvidemos – la mejor combinación sigue siendo el GPS con la ruta predefinida + mapa de la zona + intuición (y horas de práctica) y la ocasional pregunta al personaje local, que será el que nos descubra la mejor carretera. Esa que nos permitirá, además de llegar a destino, disfrutar del camino.

Paz !

Más de mi en

Lucas

CBO at CeConBe Marketing Services

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.