A pesar de todo el revuelo que se está formando últimamente con el tema selfies, entre el de Obama, los selfies en funerales, la selfie police y alguna que otra tontada más cuya única finalidad entiendo que es hacer ruido, yo sigo diciendo SI a los selfies. Obviamente, como todo en esta vida, con mesura, en la medida justa, que hasta lo bueno, si mucho, cansa.

Y digo SI a los selfies porque sigo creyendo que uno de los papeles fundamentales de las Redes Sociales es el de conectar personas. Y las personas tienen caras, y a todos nos gusta poner cara a la persona con la que estamos hablando.

Cuando conoces a la persona que está al otro lado del hilo todo cambia, y las redes, insisto, van en gran medida de eso, de «conocer» personas. Cuando no es un logo, o sólo una voz o unas letras lo que hay detrás de la comunicación, empatizar es mucho más sencillo. Además, el nivel de agresividad se rebaja en caso de conflicto, porque es una conversación entre personas, y a las personas es más fácil perdonarles un error. Poner cara al emisor facilita que nos identifiquemos con lo que nos cuenta, y nos acerca emocionalmente al autor de la publicación. Por todo eso, insisto, yo digo SI a los selfies.

Creo que forman parte de la historia que estamos contando en nuestras redes todos y cada uno de nosotros, y cuando se trata de marcas, sirven para ceder protagonismo a las personas que conforman y dotan de identidad a esa marca. Porque un logo, una marca, es un contenedor. Relleno de ideas, valores, acciones… y personas. Y es bueno dejarlas salir de vez en cuando a la luz. Sin despistar el interés. Sin desviar el foco. Pero que todos sepamos que detrás de esa idea brillante, de ese producto genial, de esa acción que nos deslumbra, hay una persona que está demasiado flaca, o que tiene algún kilo de más, a la que le salen hoyuelos cuando sonríe, o que tiene unos ojos que trasmiten alegría. Eso, más que otras muchas acciones, es HUMANIZAR una cuenta, una marca, un logo. Y eso, es bien.

Paz!

L.

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Lucas

CBO at CeConBe Marketing Services

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.