Hacía dias que quería escribir sobre Snapchat, pero antes quería probarla mejor, porque desde fuera es MUY difícil opinar con cierto sentido (aunque haya quien lo haga por eso de posicionar y tal…). Ahora, unas cuantas semanas de uso después, me temo que estoy a punto de tener que reconocer que… estoy ENGANCHADO.
Y puedo decir con tranquilidad que no soy el único. Es una red social – no digáis nueva, por DIOS, que nació en 2011 !! – que está experimentando un crecimiento espectacular, y que predigo que en no mucho tiempo va a inundar los medios generalistas de la misma manera que ya lo ha hecho twitter, y empezaremos a ver en breve programas de televisión que nos remiten a su cuenta de Snapchat, donde compartirán con nosotros su parte «más humana» y nos darán acceso al backstage.
Tan espectacular es el crecimiento que ya se consumen 10 Billones (si, con «B» americana, o sea 10.000 millones) de videos al día, y donde los usuarios – algo más de 100 millones – pasan de media entre 24 y 30 minutos al día. Entre los contenidos que podemos encontrar – ya superados los estereotipos del sexting, espero… – se encuentra desde la Casa Blanca hasta la historia de amor de dos estudiantes de la universidad de Wisconsin, o el archiconocido – para todo aquel que viva en Internet – y archirepetido «Damn Daniel«. Y por supuesto, miles y miles de «personas normales» compartiendo su «vida normal«.
Y esa es la verdadera gracia de esta app. Obviamente, cada uno puede usar la red como le de la gana, y a pesar de eso los que venimos de otras redes más «tradicionales» nos hacemos cruces de cuál es la manera «correcta» de usarla y andamos perdidos al principio, porque tanto en su forma de uso como en su forma de consumo, incumple todas las teorías que antes daban sentido a los medios sociales. Y al final descubres que la manera «correcta» de utilizar Snapchat es la que tú quieras que sea, y que precisamente esa es la gracia. Y el hecho de que el contenido sea efímero – todo lo que publicas desaparece sin dejar rastro visible – le da el empujón definitivo a tu vergüenza para que se vaya un rato a paseo.
En este tiempo usándola he visto todo tipo de usos. Desde gente que la usa como refuerzo a su marca personal, gente que la usa por mera diversión y conexión con sus amigos, gente que difunde y comparte sus contenidos profesionales o marcas que se cuelan en la pantalla mostrando contenidos sorprendentes. Pero de entre todas, la forma de uso que más me ha impresionado, y que me ha ENCANTADO es la de una persona – me ha pedido que no revele su nombre – que publica sólo para otra persona: su novia. Están viviendo separados el uno del otro – él vive en el norte, ella está en Barcelona por motivos de trabajo – y la app le permite enviarle dibujos y pequeños videos para alegrarle el día a su novia, acortando esa distancia que a veces tan difícil se hace de sobrellevar. Ahora ves tú y dile «cómo ha de usar la app«, que seguro que se ríe en tu cara, y con razón. Bendita tecnología que sirve para acercar a las personas, y no para aislarlas como algunos dinosaurios todavía se empeñan en decir.
Obviamente – quizás porque todavía pretendemos aplicar patrones aprendidos en otras redes – todavía le veo mucho campo de mejora, y se me ocurren muchas funcionalidades que creo que facilitarían mucho más su adopción y uso, pero incluso en el estado en el que está, he de reconocer que es tremendamente adictiva. Por experiencia propia.
Tanto engancha que llevo ya 600 palabras, y aún no he explicado cuáles son las cinco razones que hacen que esté enganchado a Snapchat, y que además creo que justifican esa predicción que hago de que es una app que va a explotar no sólo en el segmento de adolescentes, sino mucho más allá.
Así que, para no enrollarme más, casi mejor cambio de medio, me voy al video, y ahí te explico cuáles son esas cinco razones. Básicamente, porque la primera – perdón por el spoiler – es precisamente que el video genera mucha más empatía que el texto escrito.
Ahí te dejo el video!
Paz!
L.
Llevo tiempo pensando que un medio de comunicación en España debería meterse en el Discover de Snapchat para ofrecer contenido interesante. Espera, creo que me voy a dedicar a mandar correos electrónicos.
Pero es porque eres un avanzado, Bori 😉
Dos veces he instalado Snapchat, y dos veces lo he desinstalado, por no encontrarle interés. O contenido, que viene a ser lo mismo.
Lo cierto es que era mensajería instantánea, y ahora tu la defines como red social. Igual hago un tercer intento y sigo a un par de post adolescentes, que antes no estabais, a ver si así veo sus bondades.
Hola Lucas, gracias por el vídeo, tan lúcido como de costumbre. Ando investigando, y confieso que aburriéndome, con Snapchat, debe ser que aún no he contactado con la gente correcta. Te añado a mis amigos allí, seguro que acabo aprendiendo! Nos vemos pronto en CWZGZ, un abrazo