Anda el sector algo escandalizado con una estadística que ha compartido la Dra. Carmen Simón (neurocientífica de profesión) en el último evento de Prezzi*. Según ella,
- El 80% de las personas solo recuerda parcialmente un contenido (de marca, powerpoint o lo que sea) a los tres dias de haberlo consumido
- El 50% de las personas no recuerda NADA de ese contenido a los dos días
Claro, esto ataca a las bases del branded content, ese «creemos contenido para ser encontrados > consumidos > recordados» (y en ultima instancia comprados). Y algunos se llevan las manos a la cabeza. Pero la estadística me parece que es perfectamente realista, y que además es consecuencia de los tiempos que vivimos. El acceso a la información y a contenidos se ha multiplicado y la consecuencia es que sacrificamos profundidad – y recuerdo – por volúmen. Un poco en la linea de la teoría de Nicholas Carr.
El principal problema del contenido actual es que:
- En un alto porcentaje no es relevante para su audiencia (solo lo es para sus autores)
- No llega en el momento adecuado (no todos estamos pensando todo el rato en comprar un colchón, por ejemplo, aunque los vendedores de colchones necesiten vender colchones todos los días)
- No busca interacción, solo difusión.
Básicamente es como un mensaje de WhatsApp en un grupo al que te han metido sin tú pedirlo y del que – por razones X – no puedes salir. Recibes notificaciones de que llega, pero lo ignoras.
¿Cómo lo solucionamos?
- No siempre es solucionable. Hay marcas/productos/servicios que por definición no son memorables – son «commodities» – o simplemente no generan interés o volumen de conversación suficiente como para justificar su presencia ACTIVA (publicadora) en determinados canales**.
- Vuelve a poner al cliente – y sus motivaciones y necesidades – en el centro de tu estrategia. También en la de contenidos.
- Define claramente tu marca: su visión, su por qué y su territorio.
- No te dediques a vender/predicar. Cuenta historias. Busca y promueve la conversación. Aprenderás de tus clientes a vender/predicar mejor.
- Date una ducha fria. Ni eres tan importante como te crees, ni tu marca/producto/servicio tan interesante como piensas.
Cada vez tengo más claro que todos – marcas incluidas – deberíamos esforzarnos en crear mejores contenidos, que idealmente cumplieran sus objetivos (los del creador y los del consumidor) incluso siendo consumidos en diagonal. Por ejemplo, mucha gente llegará hasta este POST a través de un enlace que habrá visto en redes sociales y que por distintas razones le ha provocado suficiente curiosidad como para hacer click en él ¿cuántos de ellos sabrán realmente en dónde lo están leyendo y quién lo ha escrito? Me temo que menos de los que me gustaría a mi como autor, pero ¿es eso relevante para el lector o solo lo es para mi y mi «necesidad» de construir mi propia marca personal? Da para pensar…
Como diría Douglas Coupland, en ocasiones «extraño mi cerebro preinternet«, porque muchas veces echo de menos cuando éramos más selectivos con las fuentes, y era más rápido y fácil destacar y tener impacto. Ahora el contenido nos satura y aturde, y destacar y dejar recuerdo es una odisea. El top of mind es cada vez más esquivo. Pero este es el mundo en el que nos ha tocado vivir. Con sus reglas tendremos que jugar.
Paz!
L.
* Aquí dejo el enlace a la presentación en cuestión – https://prezi.com/view/RZXW2soO8IFMkzAFoNY7/
** Lo cual no implica que no tenga sentido su presencia REactiva (contestadora) en ese mismo canal.
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