Estas son las nuevas normas del juego en las redes sociales. Que en realidad son las de siempre, pero parece que se nos había olvidado. Querer llegar a muchos está bien, pero es mejor llegar a menos pero llegar más dentro. Importarles. Ser relevantes. Que te echen de menos si algún día no estás. Esa es la verdadera métrica de engagement, que va mucho más allá de los likes y los follows.
La forma en la que las redes funcionan nos están haciendo vagos a todos. Estamos cediendo a las máquinas – a los algoritmos – trabajos importantes que deberíamos hacer nosotros. El de decidir qué vemos y qué no vemos, por ejemplo. Porque como no tenemos freno, nos ponemos a coleccionar “amigos” y marcas, y acabamos por tener un muro – me da igual que estemos hablando de facebook, de twitter, de instagram o de cualquier otra – que no vale para nada. Bueno si, vale para que facebook, twitter e instagram nos conozcan más que nosotros mismos.
La consecuencia de esto es que nos estamos perdiendo cosas. Las que ocurren fuera de las redes y las que los algoritmos nos ocultan. Y la culpa es sobre todo nuestra, por débiles. Como usuarios, por dejarnos deslumbrar por publicaciones estúpidas que solo buscan el like fácil y por no hacer el esfuerzo consciente de cuidar (y vigilar) a quienes realmente nos importan. Como marcas, por no entender cómo funcionan las redes y obsesionarnos con las métricas equivocadas (las del número de seguidores), en lugar de preocuparnos de entender de verdad a nuestros usuarios, que deberían ser los primeros en convertirse en fans… por el producto o servicio que vendemos, no porque les vayamos a regalar iPhones, iPads o cheques de 50€ de Amazon.
El colmo de esto es echarle a la culpa a los algoritmos de las cosas IMPORTANTES que nos perdemos. Porque no es su culpa, no, la culpa es nuestra, por ceder a las redes el control de la información de las personas (y las marcas) que nos importan. Por permitir que sean ellas – según sus criterios, no los nuestros – las que decidan qué información recibimos y qué información no.
El volumen de contenidos no va a menguar, más bien todo lo contrario, así que nos va a tocar actuar. Como usuarios nos va a tocar trabajar mejor las listas, y agrupar a la gente importante para asegurarnos de verles más que al resto, que por algo hemos decidido que son importantes. Nos va a tocar conocer mejor las plataformas en las que pasamos más tiempo y configurar bien las opciones de ordenación y selección de contenidos. Y a las marcas, si quieren tener alguna visibilidad más allá de la que puedan o quieran comprar, les va a tocar ser honestos y pensar si realmente son carne de redes o no, y si lo son, les va a tocar pensar más en sus usuarios – en realidad les va a tocar pensar COMO usuarios y no como marca – y publicar solo sobre aquello que a estos les interese. Porque el resto, es solo relleno. Y el relleno, penaliza.
En realidad, en internet deberíamos comportarnos igual que en la vida real. Ser selectivos y conscientes de con quién nos juntamos. No pecar de ambiciosos y querer morder más de lo que podemos masticar. Y cuidar a aquellos que hemos decidido que son importantes para nosotros. Como decía en el primer párrafo, muchos o pocos, pero sobre todo que sean relevantes. Que si algún día nos faltan, les echemos de menos. Busquemos – y trabajemos – más la profundidad que en la amplitud de nuestra red.
Paz!
L.
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No puedo estar más de acuerdo
Felicidades
Muchas gracias Mercedes.
Hola Lucas,
Me ha gustado mucho tu punto de vista sobre el contenido, que se puede aplicar a cualquier otro «dictado» que nos haga ir por la vida con zombies, sin sentido crítico ni personalidad.
Te recomiendo un libro que creo que te gustará. Se llama «Armas de Destrucción Matemática» de Cathy O´Neil. Todavía no lo he terminado, pero va en la misma línea de lo que comentas en este artículo: la importancia de que los usuarios de internet despertemos y dejemos de confiar en que un algoritmo nos solucione la vida o nos ofrezca lo que nos interesa.
Un saludo
Muchas gracias, Carmen! Añado el libro a mi lista de pendientes, por supuesto que si!