«Hago molar a tu marca a través de la fotografia, el video y la creación de contenidos»
Empiezo a ver demasiados mensajes de este estilo, lanzados por agencias o freelances de social media, y creo que esconden un tremendo error. No se trata de disfrazar a una marca publicando fotazas en Instagram, videos súper cuquis en youtube o artículos estupendos en el nuevo blog de la marca.
En realidad, si me apuras, la presencia en redes de una marca debería ser la consecuencia de un cambio de filosofía, de una “nueva” forma de hacer las cosas, y no al revés. Debería ser el resultado de darse cuenta de los beneficios que podría aportar a la marca abrir las ventanas de los despachos y empezar a escuchar más a sus clientes, conocerles “en su entorno” y fomentar el diálogo con ellos. Y una vez se inicia ese camino, es natural el querer empezar a hablar ese lenguaje de fotazas, videakens y megaposts. Pero es después, no antes.
No podemos – no debemos – empezar la casa por el tejado. Dejemos de aplicar a las marcas eso del fake it until you make it que aplican muchos pseudo-influencers. Que sí, que hay que empezar por algún sitio, pero el de publicar como-si-ya-moláramos no es el adecuado. Empecemos por definir a quién le querríamos vender. Identifiquemos si ese segmento existe y tenemos cabida ahí. Entendamos qué es lo que les mueve. Hagámonos presentes. Escuchemos. Aprendamos. Y con todo ese aprendizaje, construyamos un discurso propio que encaje con nuestra visión de marca y con la del segmento con el que nos gustaría identificarnos.
Busquemos ayuda fuera si la necesitamos, por supuesto que sí, y en eso agencias y freelances pueden aportar mucho, pero no perdamos nunca el timón. Nos pueden ayudar con la producción, con la definición, con la gestión, pero nunca perdamos el pulso a la conversación. En las dos direcciones. Sabiendo qué estamos diciendo, y conociendo lo que nos están diciendo. Y por supuesto, lo que estamos contestando. Porque si entramos, debemos conversar.
Cualquier otra cosa no será más que un disfraz. Un engaño. Maquillaje. Que nos podrá gustar mucho estéticamente, pero que no tiene un soporte real detrás. Y llegará el día – más pronto que tarde – en el que alguien gritará a los cuatro vientos: el rey está desnudo! Y entonces solo nos quedará correr despavoridos a taparnos, porque todo el mundo lo retuiteará.
Paz!
L.
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