Seguimos empeñados en gestionar todo mirando el retrovisor. O como mucho, los más avanzados, a los lados. Es lo más cómodo. Es lo más seguro. O eso nos creemos. Nos preocupa demasiado no separarnos del grupo. No desviarnos de «lo que hay que hacer«, y no nos damos cuenta de que haciéndolo así únicamente estamos dejándonos llevar por la corriente que generan otros, especialmente en nuestra comunicación, cada vez más ligada – condicionada incluso – por lo que hacemos en redes sociales.
El otro día se coló en mi feed de Instagram una reflexión de Alexis Ren, que, entre selfie y belfie (si, belfie, no es un error) soltaba esta perla:
Social Media shouldn’t replace your real life. It’s an algorithmic chamber condemning us to our past behavioral patterns.
Y me parece una definición brillante de lo que son las redes. Cámaras algorítimicas que nos condenan a replicar nuestros patrones pasados, porque son «los que funcionan«. Lo que nunca hemos hecho no sabemos si «funcionará» o no, y claro ¿quién se atreve a probar?
¿Cuántas marcas se limitan a replicar lo que hacen otras? ¿Cuántas son meras «copiadoras» de lo que hacen/dicen/muestran las demás? Y cuando digo marcas, incluyo también a las personas que quieren serlo, esas cansinas «marcas personales» basadas únicamente en poner morritos y nada más.
Al final estamos haciendo buena la frase de Greg McKeown en Essentialism cuando decía que
We live in a world where almost everything is worthless and a very few things are exceptionally valuable
Y lamentablemente – para los que nos dedicamos a ello – las marcas son cada vez más intercambiables, más insulsas, más vacías, más worthless. Ya lo decían los resultados del informe Meaningful Brands de Havas: a los usuarios no nos importaría que desaparecieran el 77% de las marcas.
Esto pasa porque pocas se definen, pocas se posicionan, pocas identifican un territorio, unos valores, unos principios, Y LOS LUCEN. Pese a quien pese. Sean trendy o no lo sean. Aquí somos más de rebaño. Más de greenwashing a lo sumo. Pero marcas valientes, con ideas – y principios – propias, de esas que piensan «¿realmente en qué puedo colaborar yo porque creo en ello y está en mi ADN?» no hay tantas. La diferencia entre unas y otras es, como dirían Ichiro Kishimi y Fumitake Koga en The courage to be disliked
Do not think about past «causes«, but rather about present «goals«
Incluso «future goals«, diría yo. Lo sé, con las estructuras actuales, las presiones, los cortoplacismos y demás pesos que cargamos en nuestros hombros no es fácil levantar la mirada y elegir – o mejor aún, dibujar – un camino propio. Además, es más fácil seguir al grupo. Al menos sabes que ahí estás protegido. Tanto tu marca como tu culo, que al final del día es lo que más valoras. «¿Qué puede salir mal si estoy haciendo lo que hace el lider?» piensas. Incluso te inventas la excusa que sea para justificar – ante ti y ante quien pregunte – que en realidad tú estás haciendo lo correcto. Porque, como decía Jason Fried en Rework,
Big decisions are hard to make and hard to change. And once you make one, the tendency is to continue believing you made the right decision, even if you didn’t. You stop being objective
Y al final, definir tu propósito, tu puerto de destino, es una BIG decision. Una gran decisión que ha de hacerse con gran responsabilidad y bastante tino. Que, si está bien hecha, puede que te supere a ti mismo, que marque la hoja de ruta incluso de quien venga detrás tuyo o que, al menos, definirá la estela que vayas dejando según avanzas. Y seguro que a alguien molesta. Porque tomar posiciones implica abandonar otras. Elegir implica renunciar. Incluso enfrentarse. Alzar la voz. Comprometerse. Retratarse. Pero es lo que la sociedad reclama. Marcas con propósitos más allá de «solo» aumentar sus beneficios. Marcas que no rehuyan el conflicto. Porque el conflicto – ya que me está saliendo un post plagado de citas, añado otra – es, tal y como decía Sonny Barger en Freedom, «parte de la vida diaria«. En realidad, la cita completa es:
Conflict is part of everyday life. Accept that and you are ahead of the pack. Identify your conflicts and «kick ass» in any way you see fit, from the easiest method of simply leaving and avoiding it, to the most direct method of using your fists. A conflict is resolved only if it is addressed.
Necesitamos marcas capaces de enfrentar todo aquello que supone un conflicto para el bienestar y el avance de la sociedad. Que tengan claro que NOS necesitamos, y que solo juntos sobreviviremos. Que se atrevan a pintar un futuro mejor… y DEFENDERLO.
Paz!
L.
Amén. La competitividad ya no debe restar, sino sumar. Y yo siempre digo, y ya debería estar escrito en algún lado, seguido de mi nombre que “sumar en los negocios es multiplicar”. Ganar 100 hoy puede significar perder 1000 en el futuro. Pero que todos ganemos 10, puede darnos 100 muchos años. Y de aquí me voy al Tibet, porque no me aguanto ni yo. Jajajaj
No todo el mundo tiene clara esa mentalidad de red, de beneficio común, de objetivos compartidos, Alex (y lo sabes). Todavía hay demasiado cortoplacismo a nuestro alrededor, demasiada presión por quedar bien hoy, por quemar el terreno ahora, y quien venga detrás que arree con lo que le quede.
Y así nos va.
Lucas, ¡me ha encantado! citas incluidas. Te diría que de la última, lo que más me llama la atención a mí es, «A conflict is resolved only if it is addressed».
Todo lo demás que escribes es brillante, sobre todo porque te hace pensar y replantearte cosas, algo que hoy en día no cuadra casi nunca por la inmediatez de todo lo que nos rodea. ¿Pensar, para qué? que me lo den mascado. Y así nos va, que casi siempre copiamos, no nos atrevemos a equivocarnos, ni mucho menos a NO GUSTAR. Lo de ser valientes y hacer algo diferente es visto como de locos.
Gracias por los artículos, porque muchas veces, me hacen pensar y eso me hace sentir viva.
Pues ese el mejor piropo que me podías hacer, Arantxa!
Lo escribo para obligarme a parar y pensar, y los publico para ver si soy el único que piensa así o hay alguien más ahí fuera xD.
Saber que os hacen pensar es el premio gordo!
Muchas gracias a ti.
L.