En estos momentos creo que sigue sin haber nada claro respecto al futuro cercano. Nos movemos todos entre interpretaciones, especulaciones y deseos. Hay pocos datos, muchos de ellos contradictorios – algunos incluso sorprendentes – y seguimos intentando entender cómo reaccionar a ellos.
Hay quien dice que «El concepto de trabajo va a cambiar. Ya no compensa viajar para una reunión.» Argumenta diciendo que las reuniones van a reducirse enormemente y convertirse de facto en videoconferencias, aunque también reconoce que con el tiempo nos vamos a dar cuenta de que necesitamos juntarnos físicamente para coordinarnos y crear equipo, porque la distancia – chorprecha! – separa. Otros dicen que «el gran cadáver de esta época son los horarios. Ya no existen. Cualquier cosa se puede hacer a la hora que sea. Es terrible.» Con ambos estoy de acuerdo, pero a la vez me espanta el escenario que pintan.
Algunos decían que de esta saldríamos más fuertes y «distintos«, pero luego descubro con sorpresa que «el puerto de Palma recibirá a partir de agosto casi los mismos cruceros que el año pasado«, que es tanto como decir que no hemos aprendido nada.
Así que, igual todo cambia, o solo algunas cosas, o igual nada. Pues muy bien todo. Más tranquilo me quedo.
Visto el panorama – y la falta de guías y previsiones claras a futuro, que ni están, ni se les esperan – creo que nos toca a cada uno de nosotros, una vez más, coger las riendas y dirigir el carro. Nuestro carro. Nos toca a nosotros abstraernos del ruido, y conseguir crear una mezcla entre lo que nos gustaría que pasara, lo que creemos que podría pasar y lo que podemos hacer que pase.
Nos toca hacer nuestra apuesta y definir nuestro rumbo. No hablo de definir el propósito de tu marca, el «para qué«, que eso ya lo deberías tener definido, hablo de ir incluso un paso más arriba y definir el entorno en el que queremos estar, vivir y desarrollarnos. Hablo de definir el tipo de personas con las que queremos interactuar, el tipo de empresas con las que queremos mantener relaciones, el tipo de sociedad en la que queremos vivir. E ir a por ello.
Hablo de definirlo y apostar por hacerlo real. Eso seguramente implicará hacer cambios. Decir que no a cosas. Perder «oportunidades«, que en realidad solo son trampas. Comprometerse. Con todos los riesgos que eso implica. A equivocarnos, fundamentalmente, y darnos cuenta tarde.
No hace falta ser Nike y cambiar tu claim para apoyar aquello en lo que llevas tiempo diciendo que crees – o Adidas, y compartir la campaña de tu competidor en tus redes -, o igual sí. Lo poco claro que creo que podemos sacar de todo esto es que nada cambia si nada cambia, y que si quieres que algo cambie, quizás el primero que debería cambiar eres tú.
Somos nosotros.
Paz!
L.
Lucas yo que te sigo y leo todos los días, porque siempre descubro y me iluminas con algo nuevo. Tengo una duda en la que te suplico me ayudes si no es mucha molestia.
Una duda personal de como enfocarme, como bien dices en tu artículo.
Yo estoy Licenciada en Árabe y en Documentación, y estoy en pleno proceso de hacer un máster en marketing digital en la Escuela de Miguel Florido (no sé si conoces).
Mi duda es, todo el mundo dice hiper especializarte, vale a mí la estrategia de contenidos me encanta, eso no vale, qué, cómo, porqué, cuándo y de qué manera coges a ese toro por los cuernos y te especializadas cuando estás en pañales…. me queda mucho que leer practicar y aprender.
Pues yo con toda esta historia, y con miedo a nada, como estoy a la espera de una segunda cirugía de cadera (llevo 20 meses de baja) he pensado en matricularme en un Grado Superior de comercio internacional o pensé quizás un GS en documentación Sanitaria para complementar documentación y de cara a poder unir todo.
Espero de corazón que me des tu opinión personal ante esta incertidumbre de gente como yo que encima que te estás intentando reinventar pasa una pandemia como está y te parte todos los planes por la mitad.
Fíjate que al haber hecho documentación lo de la FP superior de documentación sanitaria unida al marketing digital con las farmacéuticas y todo eso … Creo que lo veo… y lo del comercio internacional en el punto en el que estamos tb… ¿cómo lo ves tú? perdona si me permito el lujo de tutearme. Es gracias a tus artículos que pongo todo en entredicho o nos haces más bien pensarnos las cosas 3 veces antes de actuar.
Un saludo y Gracias de Corazón
Miren Pérez
Hola Miren.
Difícil tema el que planteas, porque estás preguntando por algo muy personal, que es cómo enfocar tu vida. Sinceramente, no me veo capacitado para recomendarte una vía u otra. Pero sí que te puedo decir algo. Si te hiperespecializas en algo, que sea porque es lo que tú quieres hacer, no porque alguien random te haya dicho que es lo que «hay que hacer». Y si además decides que generar contenido es algo que te puede ayudar a destacar y ser conocida/reconocida, recuerda que puedes generarlos en dos sentidos, hacia delante, y hacia atrás.
Me explico. Si tu punto de partida es que te «queda mucho que leer, practicar y aprender», como tú dices (o sea, que estás empezando, que es mi traducción a tu frase), puedes documentar tu proceso de aprendizaje y evolución. O sea, trabajar «hacia delante» para compartir tus avances para hacerte cada vez más deseable a ojos de potenciales empleadores y/o clientes. Pero también deberías tener claro que, en casi cualquier ámbito, hay más aprendices que expertos, así que igual puedes generar contenidos «hacia detrás», compartiendo lo que tú ya sabes – no lo que aún no sabes – para arrastrar a los que todavía no han llegado a tu nivel de conocimientos, convirtiéndote en «referente» (lo que a su vez también te haría cada vez más deseable a ojos de potenciales empleadores y/o clientes).
Intentar «unir los puntos» ahora es complicado – hago un GS en documentación sanitaria para así unirlo con el de documentación que ya tengo y el de marketing digital para saltar a farma, etc, etc – porque normalmente los puntos se unen mirando hacia atrás. Así que no te agobies tanto porque las posibilidades que tendrías «si hicieras» algo, y preocuparte más por «ir haciendo» algo.
Pensar antes de actuar está bien. Muy bien. Pero pensar 3 veces antes de actuar se acerca demasiado a una «parálisis por análisis» (o a buscar excusas para no hacer) y eso ya no es tan bueno. Al menos desde fuera, que es muy fácil opinar sin estar en tu piel.
Haz lo que te nazca de dentro. Creo que no hay mejor consejo. Y si eso no es posible, haz lo que puedas – o lo que tengas que hacer – y busca huecos para intentar hacer, con el tiempo, profesión de eso que realmente te nace de dentro.
Muchos ánimos!
Pues mira, yo también formo parte de los escépticos. Yo creo que esto nos adelantará 10 años en teletrabajo pero no será la revolución que muchos vaticinan (o igual adelantar un 10 años ya es una revolución, claro). Hoy ha dado en las noticias un estudio dónde comparaban el % de gente que podía trabajar en casa y el que lo hacía realmente (con independencia de la situación actual). Los directivos decían que podían hacer el 100% del trabajo y la realidad es que lo haría el 1%. Por poner solo un ejemplo.
No hay que ser muy «listo» para saber que teletrabajar, con todo lo malo que tiene, es posible en muchas posiciones pero que tanto para el directivo/empresario como para el empleado sigue siendo necesario el despacho. En fin.
Diría que, en realidad, esta situación lo que hace – y me refiero exclusivamente al trabajo en remoto – es sacar los colores a muchas estructuras absurdas, obsoletas, ineficientes y redundantes. En realidad saca a la luz lo pésimos jefes que son muchos jefes, cuya única función se está comprobando que era meter prisas, dividir y reunirse. Los sacas de la ecuación y las cosas funcionan más fluidas.
Obviamente, todos los que forman parte de ese saco están deseando volver a las oficinas para tapar cuanto antes esa realidad, a ver si les van a quitar el despacho, el parking, la visa, el parking y, quién sabe, hasta la nómina…