De humano a humano

Así debería ser siempre la comunicación, independientemente del canal por el que ocurriera. De humano a humano. Personas hablando con personas en lenguaje de personas. Lo ultrasimplifico así porque en ocasiones me da la sensación de que todavía hay quien sigue sin pillarlo.

No hay ABSOLUTAMENTE NADA que justifique que, cuando hablamos en nombre de una marca, o cuando hacemos que sea la marca la que habla, por ejemplo en su web o en un video, pasemos a utilizar palabras complejas o giros difíciles de entender por los usuarios a los que se dirige. AB-SO-LU-TA-MEN-TE-NA-DA.

Si el objetivo final de la comunicación es hacer llegar nuestro mensaje a aquellos a quienes queremos convertir en algo más que receptores, más nos vale cumplir dos parámetros:

  • Lo lanzamos en el canal en el que están presentes
  • Lo enunciamos en un lenguaje que ellos comprendan

Tradicionalmente parecía que el hecho de utilizar palabras altisonantes o giros complicados nos hacía parecer más cultos y eso era lo que se esperaba de alguien «profesional» o de una marca. Paparruchas. Hablar raro no te hará parecer nada más que raro. O peor aún, redicho. Y sobre todo falso.

Ojo, «raro» quiere decir en este contexto «distinto de cómo habla tu público objetivo«. Si ellos usan spanglish, terminología técnica y hacen uso de siglas y acrónimos, tú también debes hacerlo. No hacerlo sería raro. Pero si no lo hacen, lo «raro» sería que tú hablaras con siglas, acrónimos, terminología técnica y metiendo dos palabras en inglés en cada frase.

Al final lo que deberíamos buscar en nuestra comunicación es normalidad. Normalidad en el sentido de establecer diálogos normales entre personas normales con necesidades normales. Entendiendo «normal«, una vez más, como aquello que conforma la norma entre tu audiencia.

Y una vez conseguido ese objetivo, es cuando le podemos meter nuestra personalidad, para dotarle de más fuerza, de originalidad, de capacidad de crear recuerdo, de construir confianza y de generar aceptación. Pero ese objetivo no puede estar nunca por encima del de ser comprendidos. Podemos jugar, podemos sorprender, podemos introducir elementos de fantasía, pero al final del día lo que queremos es que aquellos a quienes queremos conquistar o queremos que nos acepten, entiendan lo que les queremos contar.

Todo lo demás, adornos. Y como podemos empezar a ver ya en algunos balcones decorados de Navidad, hay adornos que espantan.

Ho, ho, ho!

Paz!

L.

PD.- Bastante flipante que el post que he enlazado en la última linea sea de 2013 y siga plenamente vigente. Y posiblemente si sigo buscando en el archivo encontraré alguno de 2010 o incluso de 2009 diciendo algo similar. Si cuando decía que no aprendemos… (lease este comentario con voz de abuelo cebolleta, palillo en boca y moviendo el bastón, por favor)

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Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

Comentarios

  1. Un ejercicio cada vez más necesario, y que me ha costado entender con los años.
    Hoy por hoy aún me cuesta a veces establecer el contacto directo con el cliente, y hay días que por cada paso que he dado hacia delante me da la sensación de haber dado 2 hacia atrás enviando un email a última hora super apersonal.

    Enfin, que muy de acuerdo contigo una vez más, y que ojalá leerte aún con esta sinceridad mucho tiempo.

    1. El uso correcto del lenguaje ya sabes que es una de mis obsesiones, y te tocó «sufrirlo» cuando estabas trabajando en Aramón. Espero no haberte creado ningún trauma 😉

      A día de hoy sigo pensando lo mismo: no escribimos para nosotros sino para quien nos va a leer.

      Por eso es tan importante ponernos en su lugar y HACERNOS comprensibles, y evitar esa manía de algunos por la impersonalidad o, peor aún, por retorcer el lenguaje para seguir hablando desde un pedestal (que hace años que no existe).

      A ver si nos llega la nieve por fin y doy el salto a tu nuevo valle !!

      Cuídate.

  2. Lucas, y pasarán otros 10 años y podrás rescatar nuevamente este post. Esto que parece una obviedad, no son tantos los que lo han entendido.
    Interesante razonamiento. Muchas gracias

  3. Excelente artículo. He tenido la oportunidad de participar en varias campañas publicitarias, y sí, por lo general se tienda a hablar de «humano» a «comprador, usuario o consumidor» despersonificamos a la persona recibe nuestro producto porque nos enfocamos en obtener lo que queremos de él pero no en cómo se siente él cuando recibe nuestro mensaje.
    -Gustavo Woltmann.

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