En las próximas semanas, si tienes suerte, es muy probable que aproveches para desconectar y descansar (que falta nos hace). No sería raro que en esos días en los que te alejas un poco de las obligaciones del día a día, se te empiecen a ocurrir nuevas ideas, que empieces a valorar nuevas posibilidades, otras opciones. Los clásicos «y si«.
¿Y si abrimos cuenta en TikTok para llegar al público jóven?. ¿Y si creamos una serie para Youtube de 1 video semanal? ¿Y si lanzamos un podcast? ¿Y si escribimos un libro blanco? ¿Y si nos hacemos virales con todo ello?
Como además no te ahogan las obligaciones del día a día, todas esas ideas te parecerán realizables y te vendrás arriba, y para cuando vuelvas de tus días de descanso vendrás con la motivación a tope y ganas de ponerlo todo en marcha.
ERROR.
O posiblemente error, no voy a ser tan rotundo.
Básicamente porque creo que en realidad pocos canales tenemos optimizados de verdad. La mayoría los explotamos al ¿20%?, ¿30%?, ¿50%?, ¿70%?, no lo sé, pero estoy convencido de que no al 90 o al 100%, en parte porque tampoco los dotamos de recursos ni apostamos de verdad por ellos. Pero nos aburrimos. Queremos más. Creemos que si no estamos presentes en la última red de moda nos vamos a hundir. Que si no hacemos «eso de lo que habla todo el mundo«, todo se va a ir al carajo. Porque es justo eso lo que nos falta para ser los más molones del barrio y conectar con nuestra audiencia. Y a lo mejor es al revés. Por querer estar en la última red de moda, por querer tener uno de cada, no vamos a ser capaces de hacer bien ninguno de ellos.
Desconozco tu caso concreto, puede que realmente sí que necesites hacer alguna de las cosas de la lista de «y sis«, pero lo más probable es que no, que lo que necesites es centrarte y hacerlo MEJOR allí donde estás. Y puede que incluso lo que necesites es cerrar alguna de tus presencias, esa que hace 5 o 6 meses que no actualizas, para concentrar tus esfuerzos y hacerlo mejor ahí donde de verdad tiene sentido que estés.
Así que no bajes la guardia estos días que vienen, y todas esas nuevas ideas brillantes (y un poquito grandilocuentes) de «todo lo que podrías hacer» ponlas en cuarentena. Que eso espero que hayas aprendido a hacerlo bien con esto de la pandemia. Encierra la idea en un cuarto solo para ella, aliméntala, cuídala, pero no le dejes compartir estancia con ninguna otra idea de tu cabeza o persona de tu organización. Y si después de la cuarentena sigue teniendo sentido en tu cabeza, hazle un PCR. Se la cuentas al de Producto, al Comercial y al de Recusos Humanos. Si con los 3 da positivo, quizás lo podamos comentar más abiertamente. Pero si no, métela de nuevo en la UCI hasta que mejore y pueda valerse por sí sola.
Pero recuerda que ahí las camas están contadas. Si quieres meter otra idea, alguna tendrá que salir. Por las buenas, o por las malas…
(Descansa en) Paz!
L.
PD.- De regalo, un par de citas de Marco Aurelio, que es bueno citar a los clásicos, vienen al caso, y me hace parecer intelectual: “Most of what we say and do is not essential” y “Doing what’s essential, brings a double satisfaction: to do less, better”. Ahí queda eso!
No puedo estar más de acuerdo Lucas!! Ejemplo perfecto del manido quien mucho abarca poco aprieta. Muy buen consejo. Gracias!!
Exactamente, ese sería un magnífico resumen, Félix!
Marco Aurelio hablaba un Inglés muy moderno para ser romano. 😉
Si supiera latín lo había puesto en latín para tirarme el pisto, aunque también te digo que igual lo hubieran entendido aún menos gente que en inglés… 😉
Cien por cien de acuerdo. Yo lo que hago es apuntar ideas para dejarlas en un cajón y recuperarlas seis u ocho semanas después de vacaciones (ahí, puedes valorar).
Por otro lado, en la línea de este post tan necesario: lo guay que sería que nos acostumbrásemos a coger distancia y, ahí sí, mirar cómo se pueden potenciar las vías que ya hemos abierto antes.
Buenísima metáfora la del PCR. Y fenomenal, por práctico y cierto este post!!! Gracias.