Fatigados y viciados

Han pasado dos años desde que todo cambió y nos encerraron. Dos años desde que todos viramos a digital por obligación. Dos años desde que perdimos el rumbo y empezamos a preguntarnos ¿y después qué?, al ver que los usuarios empezaban a reclasificar las marcas en necesarias, deseables y prescindibles. Dos años desde que empezamos a darle vueltas a si esa “nueva normalidad” también implicaba una “nueva comunicación”. Y creo que seguimos dándole vueltas.

Lo digital nos tiene saturados, pero lo presencial tampoco nos acaba de estimular. Al menos no para cualquier cosa. Hablamos de fatiga digital, y quizás deberíamos hablar de fatiga sin más, sin apellidos. Porque estamos cansados. Cansados de perder el tiempo y de obligaciones. Hemos descubierto que ese tiempo que antes dedicábamos a desplazamientos, reuniones, formaciones, directos y demás compromisos, lo podemos dedicar a otras cosas. A estar con la familia, con los amigos, hacer deporte, leer o directamente a no hacer nada. Y no queremos volver atrás.

Y las marcas, en ese afán de no perder notoriedad, han multiplicado su actividad, saturado los canales, y (mal)educado a los usuarios con el hiperaprovechamiento de todo en forma de contenido, hasta el punto de desincentivar la participación. Todo se graba y se sube, de todo se escribe y se publica, de todo se hace una infografía y se comparte, con lo que, ¿para qué le voy a dedicar tiempo para verlo en tiempo real? Ya lo veré luego… si lo veo.

Esta tormenta perfecta está dejando a las marcas trabajando más que nunca, con los canales saturados y los alcances en retroceso, consiguiendo menos tracción que nunca. No bueno. Se mire cómo se mire.

¿Tiene salida esta situación? Quiero creer que sí, pero ojalá lo supiera con certeza porque el camino se adivina tortuoso. Intuyo que pasa por subir la calidad de la oferta, que se nos ha llenado de basurilla. Por volver a escuchar a quienes queremos atraer, que quizás aún no saben lo que quieren, pero sí que saben lo que no quieren. Por repensar los formatos, que ahora están tan unificados que son casi intercambiables entre marcas y no sabes quién paga la fiesta ni quién te está hablando. Por potenciar la “experiencia, tanto en presencial como en digital o en formatos híbridos, para justificar la asistencia de quienes se apuntan, abrazando las audiencias reducidas, que deberían recuperar su valor. Y quizás, por contrario a nuestro tiempo que parezca, por limitar la difusión posterior, potenciando la efimeridad, el tiempo real y la sincronicidad, visto que lo asíncrono tiene tanta competencia, que cada vez cuesta más convertir. Demasiados videos por ver, demasiados podcasts por escuchar, demasiadas infografías por analizar, demasiados posts, informes, libros blancos, estudios e e-books por leer.

Ibamos a salir mejores, decían.

Menuda fiesta.

Paz!

L.

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Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

Comentarios

  1. Hola CCB, acabo de suscribirme. Aparte de felicitarte por los contenidos, que me parecen muy inteligentes y originales (dos cosas que se echan de menos en estos tiempos), quiero también felicitarte por CÓMO ESCRIBES. Soy medio maniático -la verdad sea dicha- del correcto empleo de nuestro bello idioma. (Tengo una editorial y además escribo cuentos.) Suelo sentir decepción cuando el conocimiento del entendido en marketing, negocios digitales, meditación Zen, política o cualquier otro tema, está muy por encima del pobre manejo del idioma que exhibe cuando comunica dicho conocimiento. En suma, que es un placer leerte. ¡Sigue así! Muchas gracias

    1. Pues muchísimas gracias POR TRIPLICADO, Juan. Por lo de inteligente, lo de original y lo de bien escrito. Se agradece mucho, de verdad. Ojalá que además sea enriquecedor lo que puedas leer por aquí, y te haga pensar. Ese sería el verdadero piropo final!

  2. Limitar la difusión posterior. ¡Brillante! Claro, como lo podemos ver luego y siempre luego estamos ocupados… me pasa con los amigos: «te llamo luego» y y entonces sé lo que puede pasar. que ese luego se transforma en nunca.
    El ahora como único momento que vivir.
    El ahora como tiempo presente que se va, se escapa y no vuelve, y potenciar la experiencia. Que si que sin estar entre comillas tambien vale. Porque siempre que interactuamos con algo estamos experimentando con esa cosa, ya sea un objeto externo (una web, un post, un video) o un objeto interno (un pensamiento, una emoción, un recuerdo). Interactuar de una manera en la que ganemos, proveedores y clientes.
    Al fin y a la postre es revindicar la vida ¿no Lucas? No se repite, buscamos momentos únicos, buscamos atraer a ciertas personas y tener la mejor experiencia posible. como la vida, que no tiene pausa ni revisionado.

    1. Es reivindicar que si algo te interesa, has de dedicarle tiempo, en lugar de perderlo en cosas que te interesan menos. Todos tenemos el mismo tiempo disponible, lo que marca la diferencia es a qué elegimos dedicarlo.

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