Si durante el confinamiento hablábamos de que las marcas estaban viviendo una prueba de estrés a sus propósitos, me temo que si se cumple lo que dicen que nos viene los próximos meses, las marcas van a vivir una prueba de estrés a su capacidad de generar confianza.
Si todo sigue los derroteros previstos, la cosa se va a poner malita de verdad para muchos segmentos de mercado. La cesta de la compra va a seguir subiendo, el dinero va ser más caro y los ahorros van a valer menos, cortesía todo ello de la inflación galopante, que parece aún tiene fuerzas para seguir escalando. En un escenario así, veremos muchas escalas de prioridades cambiar, y con ellas muchas de las cosas que catalogamos ahora como “necesidades” pasarán a ser opcionales. MUY opcionales. Incluso caprichos. Y otras ocuparán su lugar.
Las marcas que queden serán examinadas con lupa. Muchos valores que ahora se usan como bandera no resistirán el embite del factor precio, y las marcas tendrán que priorizar mensajes, intentando mantener volúmenes – para no perder economías de escala que les permitan amortiguar en parte la escalada de precios de materia prima – pero sin alejarse de su narrativa, para no convertirse en marca blanca. Ventas + Branding como apuesta de futuro, ojalá en un reparto de pesos lógico (¿70/30?) que no fíe todo al peligroso juego del corto plazo o al de la promoción en precio sin reforzar el mensaje de marca.
Y por encima de todo, tendrán que defender y justificarse como la elección adecuada. Y eso se hace – factor precio aparte – generando confianza. Demostrando estar cerca de las necesidades reales de sus clientes, entendiendo la nueva realidad, sabiendo “leer” las circunstancias y ajustando su oferta, encontrando quizás un nuevo hueco/posicionamiento, pero sin perder su esencia ni incumplir su promesa de marca.
Porque al final, lo que hace vencer la resistencia a meter los datos de mi tarjeta en tu web (o de elegir tu producto en la tienda) frente a la competencia, es el nivel de confianza que tengo en que cumplas tu promesa y soluciones mi problema. Y que me hagas sentir – a ojos míos o de quienes me ven consumiendo tu producto/servicio – como me has dicho que me voy a sentir o voy a ser percibido.
También en tiempos revueltos.
Paz!
L.
¿Algo que decir? ¡No te cortes, deja un comentario!