Vender sin vender.

Si algo están aportando los influencers (que lo hacen bien) a la comunicación de las marcas es frescura y nuevas formas de contar las cosas. Y entre todas esas “nuevas formas”, a mí personalmente hay una que me parece que destaca por encima del resto. Su capacidad para vender sin vender.

Quiero decir, su capacidad de integrar el producto en su narrativa, en su acción, en su diálogo, y hacerlo de manera que entre suave, para que, sin ser el protagonista de la acción, se deje ver y acabe calando.

Y esa habilidad, que no es nada fácil de ejecutar y en la que muchos fallan estrepitosamente, convirtiéndose en teletiendas con patas, creo que es fundamental especialmente en redes sociales, donde no vamos a ver anuncios, sino a entretenernos.

El otro día me saltó en TikTok un ejemplo perfecto de esto que estoy describiendo. Un video (373k views) de @PaulaBlas(571k seguidores) en el que se planteaba un reto: pedir unas bravas en un bar (entiendo que debajo de su casa), ir corriendo a casa a freirse unas croquetas y volver con ellas antes de que llegaran las bravas a la mesa. Todo eso grabado con su particular estilo, corriendo y riéndose, hablando a cámara, móvil en mano.

Las croquetas eran congeladas, del DIA, se muestra y menciona la marca claramente, y el video tenía la etiqueta de colaboración pagada. Pero te lo veías hasta el final, porque era un video de Paula, no de las croquetas. Aunque fuera un anuncio.

De hecho en esa línea iban bastantes de los 148 comentarios que tiene el video.

Las marcas todavía parecen tener miedo a hacer cosas así de naturales. Prefieren ser ellas las que hablen. Quieren “modular” el mensaje. Y asegurarse de que el logo se ve bien grande y se ve la marca. Suelen ser aburridas y tienen tendencia a hablar de sí mismas. Y no se dan cuenta de que eso solo les interesa a ellas mismas.

A nadie más.

Y además no suelen tener paciencia. Quieren entrar a un canal y petarlo. Y eso no suele pasar. De entrada, porque no basta con ESTAR en los canales en los que está la audiencia a la que quieres conquistar, además tienes que saber utilizarlos como ellos los usan, con su lenguaje, sus códigos y sus formas. Pero sobretodo, porque normalmente les falta lo más importante: el permiso para hablar con ellos. Para formar parte de sus conversaciones.

No te aceptan. No eres uno de ellos. No te escuchan.

Necesitas tener relevancia cultural.

Significar algo. Formar parte de algo en lo que crean o con lo que quieran relacionarse.

Y eso es aún más difícil que hacer videos graciosos.

Por eso es tan importante entender que muchas veces no es tanto lo que tú digas en tus perfiles, como conseguir formar parte de las conversaciones ajenas.

En positivo, a poder ser, claro está.

Otra cosa que no es nada fácil, mira tú.

Voy a ver si me hago unas croquetas.

Paz!

L.

PD.- El perfil de DÍA en TikTok también tiene unos números bastante impressive…

PD2.- Esto no es una publi del Día. Ni de Paula Blas. Ni de TikTok. Sólo de mí mismo.

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Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

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