El otro día decidí que necesitaba renovar el GPS de mi moto, porque quiero volver a meterme en fregados como los que hacía antes. Mi GPS actual está ya muy viejo, y el que lleva la moto de serie o el maps en el teléfono no me valen para lo que quiero hacer, así que empecé a documentarme (aka ver videos en youtube), y una vez decidido el modelo, me metí en wallapop, igual que hice hace unos meses cuando decidí que tenía que actualizar mi reloj GPS para correr.
Tras una semana mirando, marcando favoritos y recibiendo notificaciones de nuevas unidades a la venta, tenía una idea clara de cuánto quería pagar (300€), y en qué condiciones debía estar el producto, y con esos dos datos, reduje mis objetivos a dos ofertas.
Una de ellas, de un perfil con nombre, apellidos y foto de perfil, pero sin historial de ventas ni opiniones, a pesar de ser una cuenta creada hace varios años. La otra, de una persona con un buen historial de ventas (62) y opiniones positivas (93), pero con un nombre incompleto (y genérico) y sin foto de perfil. El primero me generaba muchas dudas (hice incluso una búsqueda inversa de su imagen de perfil y no obtuve coincidencias), el segundo alguna menos, pero un poco de prevención también tenía.
Abrí conversación con los dos y lancé la primera piedra.
Pregunté por el producto, confirmé que podíamos encontrarnos en precio y pedí alguna prueba adicional (fotos/videos) del producto para confirmar que era todo correcto. Uno de ellos me dijo que no tenía inconveniente en quedar en persona para que lo viera, pero como él estaba en Madrid y yo en Zaragoza, ahí quedó la cosa. No volvió a contestar mis mensajes. El otro me dijo que había tenido una mala experiencia con el sistema de envíos de wallapop y que todo bien, que me enviaba todo lo que necesitara, pero que el pago y el envío lo teníamos que gestionar por fuera de la plataforma porque un perfil como el mío, sin compras ni valoraciones, le generaba desconfianza y no quería ser estafado. Toma giro de guión. El karma de la desconfianza.
Y es que al final, por mucha tecnología que tengamos, no dejamos de ser dos desconocidos intentando conseguir un buen trato y no ser engañados. Y para eso, a falta de otros elementos, nos basamos en validaciones externas. Generadores de confianza. Inteligencia colectiva. Sesgos. Impresiones. Tripas. Llámalo como quieras, pero es una mezcla de datos (nombre, foto de perfil, historial, valoraciones…) y sensaciones (cómo contesta, cuánto tarda, qué te dice…). Más nuestra tolerancia al riesgo y nuestra experiencia con el canal/plataforma, que puede ser muy distinta según en qué lado de la ecuación estés, y que en este caso parece favorecer al comprador frente al vendedor.
Es todo un problema de confianza. Elemento cada vez más importante en un mundo como el actual, como llevo diciendo desde hace años. Entre personas, marcas, canales y plataformas. Para todos es cada vez más crítico generar esa confianza y poder demostrarla. Y espera que la revolución de las IA explote de verdad y ya no podamos confiar en NADA de lo que veamos a través de una pantalla, porque no sabremos si es real o una fantasía generada por inteligencia artificial.
Al final salvamos esa falta de confianza porque yo le dije que me buscara en twitter y en linkedin, donde acababa de publicar algo que podría identificar (compartí mis dudas en tiempo real de este proceso de compra, con detalles muy específicos) y con eso confirmar que el del perfil de wallapop era el mismo que el que publicaba en internet, donde podía encontrar mucha información mía. Ventajas de tener una huella digital como la que yo tengo. Él por su parte me envió varios videos suyos enseñándome el producto e incluso su moto, donde todavía tenía montado el GPS en cuestión. Intercambiamos teléfonos, hablamos, y finalmente acordamos cerrar la operación dentro de wallapop, aunque eso teóricamente me beneficie más a a mí que a él (yo podría decir que no he recibido el producto sino una caja con un ladrillo y reclamar a wallapop, que me devolvería el dinero, además de quedarme el GPS, y él por lo visto poco puede hacer).
En estos momentos el GPS está recorriendo media España de camino a casa. Debería llegar mañana o pasado. El dinero lo tiene retenido la plataforma hasta que yo diga que está todo ok. Conseguí que el vendedor se fiara de mí, y él que yo me fiara de él. Y por el medio wallapop me coló un “seguro” de casi 23€ sin opción de anularlo. Supongo que es su forma de generar confianza. O de cubrirse las espaldas. O de ganarse un margen, qué sé yo.
Ojalá la jugada nos haya salido bien a todos.
Porque es importante que sea a todos, y no sólo a una de las partes.
Es la forma de seguir construyendo confianza para que la rueda no pare en el futuro para ninguno.
Buenas experiencias, que generan futuras buenas experiencias.
Porque de eso va esto de la confianza.
De ser capaz de anticipar el futuro con alguien (persona/marca/institución/plataforma/canal) a quién aún no conoces en primera persona o con quien aún no has trabajado, y saber que va a ser bueno.
Paz!
L.
PD.- La primera aventura que viviremos juntos el GPS y yo ya tiene fecha: 17/06. Transpirenaica en el día. Ver salir el sol en Empuriabrava, y disfrutar de la puesta en Hondarribia esa misma tarde.
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