algunos datos sobre los que reflexionar:
- el 45% de las visualizaciones de Youtube se producen en la TV convencional
- la king’s league de Piqué e Ibai “salta” de twitch a Cuatro tras comprar los derechos Mediaset
- el punto fuerte de algunas marcas “born digital” es abrir puntos de venta físicos
¿Cambio de ciclo? ¿Se ralentiza la fiebre digital?
La realidad es que a día de hoy DEPENDEMOS de la tecnología. A todos los niveles. A nivel personal, por ejemplo, prueba a salir sin móvil de casa. Las primeras veces posiblemente te darás la vuelta para recuperarlo, porque te sentirás “desnudo” sin él, pero te garantizo que es liberador. Igual que eliminar las notificaciones y llevarlo en silencio. Eso sí, si te toca esperar en algún sitio (médico, transporte público, supermercado), si no llevas móvil no sabrás qué hacer con ese tiempo. Es una sensación rara ser el único que no está con el cuello doblado y la vista pegada a la pantalla. Nos hemos olvidado de pensar y de aburrirnos. Como marca, imagínate si de repente “se cayera” internet, qué impacto tendría. ¿Cómo harías para que tus mensajes siguieran circulando? ¿Qué impacto tendría en ventas? Para muchas marcas que invierten y trabajan bien el canal, la venta online supone un 20-25% de su facturación, ¿cómo compensarían ese volumen?
El impacto que tiene esa dependencia, y el ritmo al que nos lleva, creo que empieza a estar por encima de lo que podríamos considerar razonable. A todos los niveles. Aún reconociendo todos los beneficios que esa misma tecnología nos aporta. Pero no podemos volver la vista a los problemas de salud mental, de dependencias, de pérdida de atención, de cambios de comportamiento, ¡hasta de cambios de velocidad de escucha de las canciones! El exceso de datos nos abruma y bloquea, hasta el punto de que un 70% de empresarios querrían que las decisiones las tomara una IA/Algoritmo para no tener que tomarlas ellos.
Esa combinación de dependencia y saturación, e incluso de querer poner distancia es reveladora. Posiblemente también anecdótica, porque parece que el ritmo es imparable, y quien se salga de la rueda pierde turno, pero algo querrán decir las señales.
Aún es pronto para mover ficha posiblemente, pero explorar ideas para fomentar la comunidad más allá de las fotos bonitas de Instagram, para generar conexiones personales, y crear sentido de pertenencia creando recuerdos compartidos, volverán a entrar en el radar en algún momento. Con foco en lo local y cercano, posiblemente, como rebote de lo global y lo globalizado.
Yo abogo por un repunte de las actividades físicas y presenciales. De los encuentros organizados. Una bajada de “lo digital puro”, y vuelta a cosas que podamos tocar y vivir, quizás también como efecto rebote post-pandémico. En parte se intentará cubrir con tecnología inmersiva (IA, VR, AR, Metaverso…) pero quiero creer que se quedará pobre comparado con un paseo por el bosque o una quedada para degustar unos vinos. Aunque quienes han probado las Vision PRO dicen que no.
Miedo me da si es así.
Será que soy ya oficialmente un SeñorMayor sin remedio.
Paz!
L.
Muy interesante punto de vista, urge pensar sobre esta realidad e imaginar alternativas.
Saludos