Esta semana, Meta (Facebook/Instagram) ha lanzado a todos sus usuarios Europeos una pregunta: ¿quieres seguir usando FB/IG como hasta ahora (gratis, y con publicidad), o prefieres pagar un suscripción mensual y no ver anuncios?
Aunque realmente, más allá de ver o no ver anuncios, a lo que se está dando consentimiento (para cumplir con la ultima sanción de la RGPD impuesta por la Comisión de Protección de Datos Irlandesa) es a que Meta siga utilizando los datos personales y de navegación de sus usuarios para generar perfiles y mostrarles publicidad “personalizada”.
Y así, de golpe y porrazo, con un sólo click, Meta se ha convertido en una aplicación Freemium, como ya hicieron hace tiempo Spotify o Youtube. O monetizan con nuestros datos, o nos cobran una suscripción, pero alguien tiene que pagar la fiesta.
Eso, de entrada, lanza un mensaje que, no por estar casi asumido, deja de ser horroroso: La publicidad ha degenerado de tal manera que se ha convertido en algo molesto y a evitar, cuando la buena publicidad – especie en vías de extinción, lamentablemente – debería ser todo lo contrario.
Y la segunda lectura es que, a juzgar por la reacción general, los usuarios no estamos dispuestos a pagar (con dinero) por usar las redes sociales. Lo de pagar con nuestros datos parece que no cotiza.
¿Qué escenario deja esta decisión?
De momento, Meta queda a salvo de futuras represalias de la UE. Al menos por esto. Ahora tiene permiso explícito de sus usuarios para recopilar toda su información – tanto la generada en FB/IG como en webs externas -, almacenarla, cruzarla, ponerla a la venta y hacer lo que le dé la gana con ella.
Ahora queda por ver qué porcentaje de usuarios optan por pagar. Spotify tiene un porcentaje muy alto de usuarios de pago, por ejemplo (220M, un 39% de ellos en Europa, sobre un total de 551M de usuarios activos), mientras que Youtube no parece conseguir arrancar su servicio premium, por mucho que insista (80M de cuentas de pago, sobre un total de 2.7B de usuarios activos).
Cuantos más usuarios acaben pagando por usar FB/IG (y por lo tanto paguen para que Meta no acceda ni haga uso de sus datos), menos atractiva será Meta para las marcas. Porque permitirá menos segmentación a la hora de definir campañas, y porque sus anuncios tendrán menos alcance. Recordemos que quien paga, bloquea el acceso a sus datos y deja de ver anuncios.
Si la gente fuera consciente de la cantidad de información que plataformas como Meta pueden obtener de nosotros, basándose en nuestras reacciones, contenidos, visitas e interacciones, igual se planteaban no sólo pagar por uso, sino quizás hasta dejar de usarlas.
Pero se han metido tan dentro de nuestras vidas que – yo el primero – nos cuesta dar ese paso porque pensamos que “nos vamos a quedar fuera de juego” si no estamos ahí dentro.
Y a pesar de eso, sí que creo percibir algún cambio, al menos en el entorno al que tengo acceso. Ligero todavía, pero en una misma dirección. Bajar la dependencia. Prescindir del “real time”. Usarlas con algo más de consciencia.
Que curiosamente, quiere decir “usarlas un poco menos”.
Qué paradoja, verdad? Usar mejor = Usar menos.
Veremos en qué queda todo esto y cómo evoluciona.
Paz!
L.
Me parece genial de la manera que especificas la forma en que facebook, ahora grupo meta a tenido alcalces con sus publicidades, es decir q ahora las personas por no tener tanto anuncio evita ingresar a ciertas plataformas