Así comenzaba un mail que recibí hace un tiempo de buffer.
Here’s what we found:
- Tweets with a link get 7.2% fewer retweets (Buffer)
- Tweets with a link garner 28.76% less reach (Buffer)
- LinkedIn impressions decrease by 3x (AgoraPulse)
- Engagement for LinkedIn posts without a link is 70% higher (SocialInsider)
- Plus, Instagram and TikTok actively discourage link sharing
Use a link on social and you’ll struggle to get the reach and engagement you deserve.
Y la cosa ha ido a peor. Por si alguien todavía tenía dudas.
Y a pesar de eso seguimos pensando en los canales sociales como un canal de distribución y atracción de tráfico, en lugar de como un canal de construcción de marca y generación de comunidad. Yo mismo seguro que comparto el enlace de este POST en mi twitter y mi linkedin, y cuando mire los datos de alcance e interacción se me llevarán los demonios.
Pero lo compartiré.
Y la razón por la que lo haré, es porque se puede poner un enlace en las publicaciones.
Porque-puedo-ponerlo.
En un anuncio en la tele, una cuña en la radio, un faldón en prensa, un anuncio a página completa en una revista del sector, un mupi, un autobús vinilado o una valla en la autovía no se puede.
Y no pasa nada.
Quien se lo puede permitir, sigue usando esos canales para generar marca, construir identidad, ganar notoriedad, difundir sus valores, trabajarse la preferencia y ganar top of mind.
Todo eso, y además construir comunidad e interactuar con ella, podemos hacerlo también en digital, que parece que se nos olvida a veces. Sólo queremos meter nuestro enlace.
¿Y si el hecho de poder meter enlaces hubiera “corrompido” la manera en la que marcas y profesionales enfocan sus canales digitales? Ya, ya sé que los enlaces son la esencia de internet, y que su existencia e inclusión (gratuita) en las publicaciones orgánicas en redes sociales han permitido democratizar la comunicación comercial, pero también tiene ese otro lado oscuro.
El de haberse convertido en el único objetivo. El de hacer que el click sea – para algunos – la única razón de uso de esos canales que, en esencia, no nacieron para eso sino para conectar personas.
Y es complicado querer ir contra los deseos del dueño del balón.
Instagram nunca ha permitido meter enlaces en sus textos, TikTok tampoco. Sólo permiten enlazar a otras cuentas de usuario dentro de la plataforma. Y a pesar de eso siguen siendo las plataformas reinas en cuanto a uso. Es verdad que la interacción también está bajando, pero esa es otra conversación.
¿Te imaginas que mañana Facebook, Twitter y Linkedin decidieran eliminar los enlaces en sus publicaciones orgánicas? Que permitieran tan sólo el link en BIO y nada más. El resto, texto plano, salvo en los anuncios de pago, donde sí que se podrían meter enlaces. ¿Cambiaría eso tu manera de utilizar tus perfiles? ¿Modificarías el tipo de contenido, el enfoque de tus textos, tu frecuencia de publicación, tu gestión de los perfiles o la forma en la que mides su rendimiento? ¿Te esforzarías en abrir otras vías de contacto o en cambiar/mejorar tus canales propios?
Si tu respuesta ha sido sí a alguna de las dos preguntas, quizás deberías plantearte hacerlo ya, aunque todavía hoy se puedan meter enlaces en redes.
Igual te sorprendes con el resultado.
Paz!
L.
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