¿En qué te diferencias?

Si te quitan tu cara exterior, ¿cómo te puedo reconocer?

Este invierno, en el aeropuerto de Oslo (Noruega), de camino a esquiar en las Lofoten, me quedé alucinado cuando vi la sección de tabacos del Duty Free. Todas las cajetillas eran iguales. De un marrón bastante poco atractivo, con grandes letreros que supongo pondrían lo de “Fumar mata”, y en pequeñito el nombre de la marca fabricante del veneno. Y es así por ley, obviamente, no por decisión de las marcas. Hasta el color ese marrón está elegido a mala leche. Es el Pantone 448C, al que los diseñadores gráficos llaman, diría que con razón, “el color más feo del mundo”.

El objetivo, hacer el veneno legal lo menos atractivo posible. Desconozco su eficacia, la verdad.

Pues bien, resulta que tú, con tu página web siguiendo el “patrón oficial”, tus fotos, con los filtros más usados, tus publicaciones en instagram, con las músicas que son tendencia, y tus contenidos, siguiendo el esquema que a Google le gusta, estás consiguiendo el mismo efecto en tu marca.

Cada vez eres más 448C. Cada vez eres más parecido a lo que tienes alrededor, en tu categoría. Cada vez eres más paisaje. Y no te digo nada si estás utilizando (mal) la IA, con preguntas genéricas y poco contexto, que sólo genera respuestas generales, sin fuerza ni atractivo.

Eres lo contrario del dicho. Eres, con suerte, “distinta mierda con el mismo envoltorio”, que diría que es incluso peor que su viceversa.

¿Así cómo te van a elegir?

Parece que lo hagamos para confundir. “Voy a hacer lo que hacen los demás, a ver si así me va como a ellos”, parece ser el briefing. Y claro, no nos va como a ellos porque

  1. no somos ellos
  2. no tenemos ni idea de cómo les va, sólo nos hemos fijado en el envoltorio

En lugar de redoblar esfuerzos en sacar a la luz lo que nos hace distintos, lo que nos hace diferentes, lo que nos hace mejores para unos pocos, nos empeñamos en mostrar lo que cualquiera podría hacer, para intentar gustarle a todos.

ERROR.

Por muchos motivos, el primero es querer gustarle a todos, algo absolutamente inalcanzable. Ni Brad Pitt gusta a todos, él también tiene detractores. Si es que, ni las croquetas lo consiguen. ¿Vas a conseguirlo tú?

Muchas veces repito que “somos las historias que sembramos en las mentes de aquellos a los que queremos conquistar”, y quizás debería retrotraerme un paso más cuando digo esas cosas. Porque si queremos sembrar, dejar huella y construir recuerdo – para generar preferencia, obviamente – lo primero que tendríamos que tener es una historia propia. O al menos una fachada propia.

Si lo que sembramos es la historia de otros, será a otros a quien recuerden.

¿Quieres ser un 448C? No sé tú, pero seguro que Marlboro querría volver a su rojo 2347C. Seguro que eso le ayudaría a ser rápidamente identificado en el lineal y escogido por sus clientes. ¿No es eso lo que también querrías tú? Al menos tú, en principio, no vendes veneno, eso que llevas ya de ventaja.

Saca tus colores, coño! Muestra con orgullo tu diferencia!

Paz!

L.

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Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.
Publicado en Branding

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