Si estas semanas de verano has hecho el ejercicio (higiénico) de bajar el ritmo de publicación, o directamente dejar de publicar, en ciertas redes, tendrás clara la respuesta a la pregunta que da titulo a este pensamiento vagabundo.
Si dejas de publicar – y no has hecho los deberes de configurar todo como debe ser -, las plataformas te fríen a notificaciones. Te cuentan que Fulanito ha publicado, que lo que ha subido Menganito está gustando mucho, que esto que ha publicado un desconocido te va a encantar, que Zutanito está interesado en colaborar, que es el cumpleaños de uno, el aniversario de trabajo de otro, que nosequién ha cambiado de trabajo. Que vuelvas, que vuelvas, que vuelvas.
PorLoQueMásQuierasQueNosHundesElChiringuitoSiTeVas.
Y cuando vuelves posiblemente hasta te dan un pequeño extra de alcance. Ese mismo que te negaban cuando estabas activo. Una papelina gratis de tu camello favorito, para que recuerdes lo bien que le sienta a tu ego el reconocimiento externo.
Quizás esto nos debería hacer (re)pensar a todos – personas y marcas – cuál es nuestra relación con estas plataformas, y qué papel/peso queremos darles. Porque igual se nos ha ido un poco la mano con ellas.
A nivel individual no hay mucho que pensar. Si te gustan y aportan sigue así, si te plantean dudas, o simplemente te hartan o no te aportan demasiado, prueba a bajar el ritmo y listo. Pero si gestionas una marca, es normal que te de más miedo. Aunque igual es injustificado, no lo sé.
Hemos metido mucho miedo los últimos años con eso del “si no estás no existes”, pero ha cambiado tanto el panorama – y el funcionamiento de las plataformas – que creo que es lícito empezar a dudar. O cuando menos, empezar a valorar el ratio esfuerzo/beneficio con más cariño.
Porque el monte dejó de ser orégano hace tiempo, y a lo mejor hay que levantar la vista y mirar si hay otras opciones.
De entrada, repasa tus básicos:
- Para qué estás en redes (esta respuesta puede ser distinta hoy de la que dabas hace unos años, sería incluso normal)
- Qué esperas obtener de tu presencia en redes
- Cuánto esfuerzo te cuesta estar (esfuerzo = horas + neuronas + euros)
- Qué estás dejando de hacer por estar en ellas
- Qué retorno estás teniendo
Contestando a esos 5 puntos básicos podrás empezar a ver si tiene sentido seguir tirando del hilo o no. Es sólo un punto de partida, no un diagnóstico final. Pero así al menos rompes el ciclo de la inercia, que es muy peligroso, y me temo que es la gasolina de muchas presencias de marca en muchos sitios.
Ese “estoy porque los demás están”, o el ya comentado “si no estás no existes”.
Porque a lo mejor estando tampoco existes.
O estás dejando de estar en lugares/espacios/formatos/plataformas en las que estarías mejor y tendrías más retorno.
Que igual hasta es algo que llevas un tiempo notando en las tripas, pero no te atreves a sacar fuera.
Fíate de tu sensación – si es que la tienes – e investiga.
O al menos haz el ejercicio mental.
Y ponlo en papel a ver qué pinta tiene.
Aprovecha que ahora estás con la mente fresca y las pilas cargadas.
No repitas curso por repetir.
Paz!
L.
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