Ser y parecer. Y además, contarlo.

El otro día leía que en Zaragoza – mi ciudad – se hace uno de los mejores croissants de España. Enseguida mi cabeza voló a Benasque, al Laminero, donde en mi opinión se hace el mejor croissant del mundo entero.

Pero quien hizo ese ranking (creo recordar que era la revista Elle) no lo conoce.

¿Hace eso que el croissant que prepara Miguelón en Benasque sea peor que el del sitio de Zaragoza? Ni mucho menos, simplemente no ha entrado en la comparativa.

Lo mismo le pasa a un montón de marcas. Puede que sean mucho mejores que su competencia, pero si no lo comunican, si no están presentes donde está su audiencia, si no “pasan” por delante de los ojos de quienes tienen capacidad de recomendarlas, es como si no existieran. Al menos para una parte del mundo.

Por eso es tan importante el mensaje que lanzamos, cómo nos queremos posicionar, qué “hueco mental” queremos ocupar, como luego ser capaces de activar todo eso para que pase por delante de quien tiene que pasar.

Porque cantar una ópera en un bosque solitario puede ser precioso, pero hacerlo en un auditorio lleno de público seguro que es más rentable y nos abre la puerta a nuevos conciertos.

Y lo que hacemos como marcas no busca la belleza, sino la rentabilidad.

Por eso no basta con ser la mejor, también hay que demostrarlo. Hay que contarlo. Hay que dejarse ver. Hay que hacerse presente. Hay que conseguir que nos prueben y sean otros los que lo cuenten. Los que lo confirmen. Los que lo difundan.

Y a veces esa parte tiene incluso más dificultad que la de ser los mejores.

Porque ya no depende sólo de nosotros, sino de cómo somos percibidos por otros, cómo nos interpretan y colocan dentro de su esquema de referencias, que pueden ser distintas de las nuestras, y cómo nos “traducen”.

Y que a lo mejor lo que para nosotros es clave, para ellos es accesorio.

Una movida, vamos.

Afortunadamente, al menos para los que nos dedicamos a esto del marketing y la comunicación…

Paz!

L.

Más de mi en
Facebook Twitter Instagram LinkedIn

Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

¿Algo que decir? ¡No te cortes, deja un comentario!

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *