¿Con quién te comparas?

En uno de los (muchos) juicios que ha tenido Google, para defenderse de la acusación de monopolio, le decía al juez que realmente ellos eran poca cosa si lo que se analizaba era la foto grande, la que incluía toda la publicidad, no sólo la online en su buscador, y aún más pequeños si se añadían el resto de opciones que las marcas tenían para llegar a su público.

Algo parecido a lo que hizo Amazon en su momento, cuando se defendía de las mismas acusaciones de monopolio pidiendo que no se analizara sólo el comercio online, sino el comercio en general, y alegaba que ellos eran pequeños comparados con Walmart, por ejemplo. Ese argumento ya no les valdría hoy.

Y es que todos somos pequeños – o grandes -, en función de con quién nos comparemos. El problema es cuando ese comparación la hacemos inconsciente, y dejamos que juegue en nuestra contra.

Las RRSS nos hacen compararnos con personas, productos, servicios y empresas que están muy lejos de ser comparables a nosotros, pero a base de verlas, acabamos haciendo esa comparación.

No somos Apple, no somos Starbucks, no somos Nike. Por eso no tiene sentido que pidamos “una web como la de Apple”, o que queramos decorar nuestra cafeteria de barrio “como los Starbucks originales”, con sus sillones de cuero, su prensa del día e internet de alta velocidad, o que queramos lanzar una creatividad “como la de Nike”.

Pero tampoco tiene sentido que nos veamos tan poca cosa que no nos atrevamos a movernos.

Ni lo uno ni lo otro.

Compararnos nos puede bloquear, e incluso matar, tanto por éxito como por inacción.

Volvemos a lo de siempre. Pasamos demasiado tiempo mirando fuera, y demasiado poco mirando dentro. Da igual lo que hagan, digan o piensen el resto. ¿Qué quieres ser tú? ¿A qué aspiras tú o tu marca? ¿Cuál es tu propósito, tu propuesta de valor, tu posionamiento? ¿Cuál es tu territorio de marca? ¿Quién es tu público objetivo? ¿Cuáles son los retos y problemas que tú les vas a ayudar a solucionar? ¿Qué capacidad – de atención, de gestión, de distribución, de inversión – tienes?

Esas son las preguntas que tendrías que hacerte, porque son las que te definen, y dejar de fijarte en lo que hace el vecino, el influencer de moda o la empresa de Minessota que no deja de salirte en Instagram y tiktok.

Déja que ellos jueguen su guerra, juega tú la tuya.

No lo hagas encerrado en una cueva, obviamente, tienes que saber qué se hace en tu marcado, qué interesa y consume tu audiencia, pero igual que mirar fotos de tipos fuertes no te va a poner fuerte, mirar videos y campañas de tu competencia o de empresas y marcas fuera de tu alcance, no te va a hacer crecer.

Para crecer, tienes que hacer.

No queda otra.

Y cuanto “más tú” sea lo que hagas, mejor te irá.

Que ya hay demasiadas fotocopias ahí fuera…

Paz!

L.

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Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

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