Mejor humildes que perfectas

Los consumidores creo que ya no esperan marcas perfectas. Esperan marcas, humildes, gestionadas por personas. Aceptar esto supone asumir que nuestro papel como gestores de marcas ya no es crear marcas universales «perfectas» y eternas, sino entender las necesidades presentes de nuestro público – a través de la identificación de perfiles y de la escucha – y anticipar las futuras. Supone vivir en continuo proceso de adaptación…