No nos engañemos, las presencias digitales de muchas marcas están basadas en un engaño: el de pretender ser majos, el de fingir poner al cliente en el centro, el de enmascarar la necesidad de vender con una dosis extra de empatía impostada.
No nos engañemos, las presencias digitales de muchas marcas están basadas en un engaño: el de pretender ser majos, el de fingir poner al cliente en el centro, el de enmascarar la necesidad de vender con una dosis extra de empatía impostada.