A veces simplemente no fluye. Las ideas se quedan agarradas dentro de la cabeza, como si las neuronas también tuvieran colesterol y las conexiones no pudieran hacerse, como si la chispa no saltara. Y qué hacemos entonces? Surge la duda entre publicar algo mediocre o no hacerlo, y yo lo tengo claro. Prefiero no publicar a publicar algo malo…