Personal vs Personalizado

Se nos llena la boca con conceptos presuntamente molones sin darnos cuenta de que en realidad nos estamos haciendo trampas al solitario. Personalizado no es lo mismo que personal. Enviar un email en el que incluimos sutilmente el nombre de su receptor en medio del texto para hacerlo parecer personal, no convierte tu comunicación ni […]

Ponte en su lugar

Este fin de semana me he estrenado en el esquí de travesía. Y esto me ha hecho ver la estación de esquí (y las montañas que la rodean, por extensión) de una manera distinta. A veces solo hace falta un pequeño cambio en la forma de mirar para descubrir un mundo distinto. Estamos tan metidos […]

La tiranía de los críticos

Caerle bien a todo el mundo es imposible. Es más, diría que no es ni deseable. Por eso mismo, que los críticos no te frenen. Debemos rebelarnos ante la tiranía de los críticos en las Redes Sociales. No podemos dejar que los que más gritan nos marquen la agenda. No podemos permitir que quienes empujan en sentido contrario a la marcha sean quienes nos marcan el ritmo. La agenda la marcas tú, en base a tus objetivos de negocio, de los que deberían nacer tus guías de comunicación.

El flautista ya no es la marca

Las marcas siguen queriendo ser el flautista de Hamelín. El que hace sonar la flauta y consigue que todos los clientes salgan de sus escondites y les sigan, hipnotizados, hasta el punto de venta, donde la reunión se convierta en un frenesí de compras por impulso. Pero el cuento ha cambiado mucho en los últimos tiempos, y si bien sigue existiendo la figura del flautista, resulta que ahora quien sopla esa flauta ya no es necesariamente la marca, sino que cualquiera de nosotros puede hacerlo. De hecho, cuando quien sopla es «alguien como yo», alguien con quien nos podemos identificar y que no forma parte de la marca, esa música suena mejor a nuestros oídos…

Se realista, monta un huerto que puedas cuidar…

A veces nos gana la ambición y pretendemos abarcar más de lo que podemos, e incluso más de lo que necesitamos. Hemos de aprender a dimensionar nuestras capacidades y nuestras necesidades, y dejarnos de intentar aparentar lo que no somos. Seamos realistas. Centrémonos en aquello que realmente va a reportar un beneficio a nuestros clientes, y de rebote a nosotros. Que estar por estar, y encima estando mal… es tonteria !!