Las empresas deberían centrar sus esfuerzos – y más en estos tiempos «complicados» – en la innovación, entendida como mejorar la experiencia de sus clientes, analizar los procesos de compra/venta, y ver en qué puntos de contacto hay fricción que pudiera ser eliminada gracias a la tecnología. De eso hablamos el otro día en el Master de Innovación del ITA, y hoy he encontrado otro ejemplo que muestra a la perfección este proceso. Es un proceso que me resulta francamente atractivo, lo confieso…