Un poquito menos

Desde hace unas semanas, me llevo a la oficina un termo con café. Lo hago tanto por el gusto de tomarme un par de tazas durante la mañana (me hago café americano, suave, no espresso) como por el placer de prepararlo en casa antes de salir. Ese ritual de elegir el café, pesarlo (a veces, otras lo hago “a ojo”), poner a calentar el agua, llenar la french press, dejarlo 4 minutos y luego llenar ese termo… y hacerme un chupito de café de regalo con lo que “sobra” y tomármelo tranquilamente antes de salir de casa.

Pues al menos un par de veces me ha pasado que he querido apurar tanto el termo, que lo he llenado demasiado, y cuando lo he ido a cerrar (o cuando lo he abierto luego en la oficina), he puesto todo perdido. O peor aún, que en el trayecto hasta la oficina, con el movimiento de la moto, se ha salido mojándolo todo, mochila y maletero de la moto.

Y todo por ese ansia del “yo creo que cabe un poquito más”, que luego en la taza ni se nota. Ansia que creo que podríamos calificar ya de síndrome de nuestra sociedad actual, y que nos afecta en demasiadas facetas de la vida. “Yo creo que aún puedo coger un cliente más”. “Yo creo que este mes podemos crecer un 10% más”. “Yo creo que podemos lanzar 3 modelos más antes de Semana Santa”. “Yo creo que podemos desarrollar 6 funcionalidades nuevas este año”. Siempre un poquito más… de más. Y para cuando nos queremos dar cuenta y queremos cerrar el termo, se nos sale por todos lados y ponemos todo perdido.

Saber decir “hasta aquí” es una habilidad cada vez más necesaria, que nos va a permitir disfrutar más y crearnos menos problemas (que luego tendremos que limpiar). Aprender a tomar la medida verdadera de las cosas, de nuestras capacidades, de la capacidad de consumo de nuestra audiencia, o de lo que esperan de una marca (o de nuestro producto o servicio), nos permitirá hacer menos, pero hacerlo mejor. No sobrecargarnos nosotros, pero tampoco a nuestro público. No quemarnos en tareas prescindibles, ni saturar a la audiencia. Porque ¿aún nos seguimos creyendo aquel cuento chino de que “más es (siempre) mejor”? Venga va, que ya somos mayorcitos.

Y que tampoco nos lo disfracen con eso de que “así cargamos el algoritmo” porque también es muy cuestionable. Si tu trabajo es bueno, saldrá a la luz y tendrá recorrido. Aunque produzcas menos piezas. Si en cambio produces muchas, pero mediocres, cada vez tendrás menos visibilidad. No por el algoritmo, sino porque no la merecerás.

Porque al final, y eso sí que es incuestionable, mejor es mejor, así que no te preocupes en aplicar lo de “un poquito menos”, si ese hacer un poquito menos te sirva para que lo que hagas sea mejor, claro está, que esto no es un alegato a la vagancia.

Aunque un poco de no hacer nada y darnos permiso para aburrirnos de vez en cuando tampoco estaría nada mal. Pero eso ya lo dejaremos para otro post, que no es cosa de seguir alargando esto…

Paz!

L.

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Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

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