La visibilidad hay que merecerla

Me contestaba Edu el otro día en twitter, al hilo de mi tweet compartiendo el post de la semana pasada, algo con una carga de verdad muy importante

Y es que muchas marcas (y muchas personas también) creen que merecen esa visibilidad que ven que tienen otras marcas/cuentas, y no se dan cuenta de que realmente el único parecido con ellas es que ambas tienen abierto un perfil en la misma plataforma.

Porque realmente, como le contestaba a Edu en twitterhay un porcentaje importante del contenido que no merece esa visibilidad que reclama. Y paradójicamente suele ser el que más alto llora quejándose. Quizás porque quien de verdad la merece está trabajando para tenerla, probando cosas nuevas, investigando y aprendiendo de sus usuarios, en lugar de lloriqueando.

Esa ceguera selectiva que padecemos muchos en demasiadas ocasiones, nos impide juzgarnos de manera objetiva y valorar la calidad de nuestro propio trabajo/contenido, que por otra parte es normal que no sea siempre un 10/10. Por eso mismo no siempre ha de obtener el mismo resultado.

Pero es que además nuestro contenido compite con millones de piezas más, y está expuesto a los vaivenes de la actualidad (imagínate haber planificado el lanzamiento de algo el día que murió la Reina de Inglaterra…) y a los intereses de la propia plataforma, que rara vez coinciden con los tuyos. Y dado que hay más contenido que minutos disponibles para consumirlo, algunas piezas han de morir sin ser consumidas. La mayoría, de hecho. Da igual el esfuerzo que hayas puesto en ellas. Incluso – chorprechaaa! – los reels de instagram, según documentos internos de Meta.

Así que, si no tienes la visibilidad que crees que mereces, puedes hacer varias cosas:

  1. Revisar si lo que estás haciendo realmente la merece. No a ojos tuyos, sino a los de la audiencia a la que te diriges.
  2. Comprobar si el formato en el que lo estás compartiendo es el adecuado para el canal donde lo estás compartiendo.
  3. Confirmar que el mensaje que estás lanzando se entiende (por parte de la audiencia) y que es relevante (para ellos, no para ti).
  4. Asegurarte de que estás publicando en el momento adecuado y con la frecuencia adecuada como para que tu voz tenga alguna oportunidad de ser escuchada por alguien.
  5. Seguir probando cosas nuevas y formándote para cumplir todos los puntos anteriores.

Y aún habría un punto 6, en cierta manera implícito en el punto 5, que sería descartar aquello que no funciona, una vez hayamos cumplido los puntos anteriores durante un periodo de tiempo suficiente como para tener claro que ese no es nuestro sitio.

Porque si crees que lo que estás haciendo merece la pena a ojos de tu público objetivo, lo compartes en el formato adecuado y en el canal que ellos utilizan para informarse y compartir, lo haces con un mensaje claro, comprensible y relevante para la audiencia, y además lo lanzas en el momento adecuado y con la frecuencia adecuada como para ser una voz reconocida y reconocible, y a pesar de eso no tiene alcance ni impacto, sal de ahí. O estás tan ciego que no eres capaz de ver la realidad (y la realidad es que tu marca, tu mensaje, tu producto, tu servicio o tú no le importáis a la gente tanto como te crees, o que no lo estás haciendo tan bien como te piensas), o es que hay algo fuera de tu control que impide su difusión. No te quemes y sigue buscando.

Pero asume que la mayoría de las veces, la única razón para que lo tuyo no se vea es una: no se lo merece. No es suficientemente bueno, relevante o diferencial como para merecer el tiempo y la atención de tu público objetivo. Y si la plataforma detecta eso, puedes darte por jodido. Te pondrá una cruz y seguirá su camino. Sin mirar atrás. Sin importarle tus sentimientos o el impacto de su decisión.

Es lo que tiene la vivir en una sociedad robotizada, regida por algoritmos y por métricas en muchas ocasiones irreleventas y no alineadas con tus objetivos. Tanto aportas tanto recibes.

Y si al canal no le aportas tiempo de permanencia de los usuarios o datos (clicks), no te quieren. Porque Zuckerberg no creó FB y compró IG para hacerte publicidad gratis y ponerte fácil que compartas el enlace de tu e-commerce, eso puedes tenerlo claro. Y tampoco Li, TikTok o ninguna otra. Asúmelo y deja de llorar por lo que no te dan, y piensa en cómo sacarle partido a lo que sí te dan.

O pasa de ellos.

Si te lo puedes permitir…

Paz!

L.

Más de mi en
Facebook Twitter Instagram LinkedIn

Lucas

Mi nombre es Lucas. Generación del 71. Soy Harlysta, esquiador y eMTBiker. Trabajando en el mundo del Marketing y la Comunicación desde 1994. Por cuenta propia desde 2006, ayudando a las marcas a (re)conectar con sus clientes. Y eso suele incluir repensar mensajes, beneficios, textos, estrategia de marca, canales, audiencias y formas de contarlo. Con un gran peso de todo lo digital, como es natural en estos tiempos.

¿Algo que decir? ¡No te cortes, deja un comentario!

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *