En estas fechas es habitual para muchas personas hacer un ejercicio teórico. Echamos la vista atrás y revisamos lo que hemos hecho los últimos 12 meses. Fijamos aquellas áreas en las que queremos mejorar. Nos reinventamos. O al menos intentamos redefinirnos. Dibujar un retrato amable de cómo queremos ser. Y nos marcamos como objetivo recorrer ese camino que nos separa desde nuestro yo actual hasta esa versión mejorada de nosotros mismos. Normalmente, esa “versión mejorada” incluye terceras personas, porque uno de los objetivos recurrentes en muchos casos*, además de dedicarnos tiempo a nosotros mismos e invertir en salud, es compartir más tiempo con los nuestros, ser más amables/tolerantes/comprensivos o cambiar nuestra actitud en determinadas situaciones. En definitiva, nos imaginamos mejores, más fieles a nuestro yo ideal, integramos esa proyección en nuestro entorno, y vemos como mejorar mejorándolo. Porque reconocemos nuestra capacidad de mejorar la vida de los demás, y aplicamos eso de que “cuanto más amor das, mejor estás”, que en términos prácticos se traduce en que cuanto más aportemos a nuestro entorno y más pongamos de nuestra parte, mejor acabaremos por estar nosotros mismos.
¿Y qué hacen las marcas? Se ponen objetivos también. Lo que pasa es que los suyos no suelen ir más allá de «crecer un 4%», «mejorar el margen un 7%» o «entrar en dos mercados nuevos». Lo de definirse mejor, trabajar sus por qués, aportar valor a sus clientes y mejorar su entorno, ya tal.
Y luego nos quejamos de falta de engagement.
Claro, claro.
Feliz Año.
Paz!
L.
* Buenos ejemplos de este ejercicio, aliñado con una cierta falta de pudor y una mayor carga de compromiso al hacerlo en público, son el que hace todos los años el awesómico David Bonilla en su blog, y los que luego surgen por imitación o respuesta a su provocación, como los de Miguel Caballero (en los comentarios del post), los de Carlos”The Sailor” o los otros muchos que luego va enlazando David en el post original. Algún día me haré de ese club selecto de imprudentes. Algún día.
¿Algo que decir? ¡No te cortes, deja un comentario!