Estamos viviendo tiempos raros, nuevos, que suponen un reto para todos, personas y marcas, pero que serán más fáciles de navegar para aquellos que hayan hecho los deberes.
No es momento de ser creativos, inventar claims, hacer gracietas o lanzar cebos para captar clientes, sino de aplicar y demostrar aquello que decimos que somos, si es que eso puede ser de ayuda para la población – clientes o no – en estos momentos. Si no es así, lo mejor es callar. Desaparecer. Ocultarte por un tiempo.
Hace tiempo que algunos venimos insistiendo en que las marcas tienen un papel que jugar en la sociedad que va más allá de ganar dinero, y estos días – lamentablemente para muchos – lo estamos comprobando. El famoso propósito. Eso que justifica tu existencia, y que ha llegado el momento de activar hacia fuera.
El mundo artístico, quizás más bohemio que el resto – o más comprometido -, se ha lanzado en masa a compartir su trabajo y proporcionar entretenimiento y escape a los que estamos encerrados en casa. El mundo digital está poniendo también a funcionar la rueda adelantándose a las necesidades de las administraciones, desarrollando aplicaciones y soluciones que ayuden a descongestionar los servicios de primera asistencia. Las grandes tecnológicas también dan un paso adelante. Los hoteleros ceden sus edificios. Psicólogas y coachs abren sus consultas. Autores superventas liberan sus libros. Incluso grandes marcas de lujo dando la sorpresa. Y la lista sigue creciendo. Todos ellos buscando hacer la situación más llevadera, a costa de su tiempo y sus recursos, dando un paso al frente.
Es posible que tu negocio, que tu marca, no tenga nada que ofrecer en estos momentos. Es perfectamente posible, y perfectamente lícito. En ese caso, cállate. No estorbes. No intentes «aprovechar la situación y convertirlo en una oportunidad«. No uses ancho de banda. No malgastes tu tiempo y el de tu público. Porque ahora no están para ti. No solo eso, posiblemente, si tú sigues con tu «business as usual«, tampoco estarán para ti cuando todo esto termine.
La sociedad que salga de esta situación será distinta. O eso esperamos algunos. Será más digital, más tolerante, más social. Y puede que tu marca tenga un papel que jugar, o puede que no. Eso depende de ti.
En cualquier caso, si con todo esto te has quedado descolocado y te has dado cuenta de que no tienes nada que aportar ahora, aprovecha este tiempo para pensar, definir y reorientarte. Lo vas a necesitar. Puedes empezar por completar una frase: «Mi marca/empresa/proyecto ha nacido para _______«.
Y recuerda que si pones «ganar dinero«, corres el riesgo de que tu marca/empresa/proyecto solo te interese a ti.
Paz!
L.
Es tiempo de convertirnos en Gigantes. Y los que lo son, lo están siendo.
Tu desde luego lo eres. Muchas Gracias.
Vaya! Pues muchas gracias por el piropo, Paloma! Creo que jamás me hubiera descrito a mí mismo como gigante, pero me lo quedo. 😉
cómo me gusta esa sociedad renovada que esperemos salga después de todo esto… o mejor dicho, que ya está saliendo… abrazote compañero!!
Confiemos en que nuestros deseos de esa nueva (mejor) sociedad se cumplan, Juanjo!
Gracias por pasar y por comentar.
Abrazo!
Gracias por tu reflexión, Lucas, una buena llamada a echar el freno y reflexionar antes de realizar cualquier acción solamente porque parece que hay que estar ahí. Pensar y meditar si realmente es ayuda o, simplemente, oportunismo.
En mi casa siempre se ha usado el «mucho ayuda el que poco estorba» 🙂
También es buena esa, Ivan! A veces para ayudar lo mejor es quedarse a una lado.
Enorme artículo, gracias! Esperemos poder transformar este dolor en luz.
En eso confiamos todos, David.
Gracias por pasar por aquí y comentar!
Desde luego que va a ser más digital nuestra sociedad. Es lo que nos toca. Evolucionamos y, como todo lo que nos va pasando, nos deja huella pero hay que quedarnos con la parte positiva.
Gracias por el artículo Lucas!
Gracias a ti, Emilio.