Me temo que este año mucho vamos a oír hablar de omnichannel. Y será otra de esas palabras molonas que generarán charlas, expertos y descargables. Pero nada de eso valdrá para nada si no comprendemos que lo importante son los usuarios, no lo sistemas, y que ya vamos tarde. Porque la referencia con la que nos miden nuestros usuarios es la relación que tienen con sus amigos. Y esta ocurre on-line y off-line, y en tantos medios y canales como es necesario. Y en esa comparativa, casi siempre vamos a perder…
Categoría: Customer experience
Gracias por contestar
Si buscas una forma fácil de diferenciarte de tu competencia en tu estrategia en redes sociales, aquí tienes una: cuando te hablen (en redes) contesta. Tan fácil como eso. Y sorprendentemente poco practicado. Pero ¿qué menos que contestar cuando te hablan, no? Pues parece que no…
Pon al cliente en el centro de tu estrategia…
Pero no de boquilla, sino de forma efectiva. Teniéndo claro cómo vamos a hacerlo y sobre todo, para qué. Aunque ese «para qué» sea únicamente «por supervivencia»…
¿Y si el low cost fuera el precio de partida?
Quizás quien oferta algo low-cost está tirando los precios y sea algo a evitar, pero también cabe la posibilidad de que lo que esté haciendo sea «aligerar» la oferta de características y prestaciones innecesarias, ofreciendo algo mucho más ajustado a los gustos y deseos de un grupo de consumidores, consiguiendo con eso no sólo abaratar su propuesta, sino también estar mucho más cerca de los clientes, algo que no tiene precio…
Innovación… para la foto, no para el usuario.
Innovar es lo que hace que el mundo avance. Pero innovar, además de una forma de gestión, ha de ser un proceso en el que, una vez más, el usuario, el consumidor, el cliente, ha de estar en el centro de todo. De lo contrario, sólo será innovación para la foto, pero no aportará realmente valor…
El flautista ya no es la marca
Las marcas siguen queriendo ser el flautista de Hamelín. El que hace sonar la flauta y consigue que todos los clientes salgan de sus escondites y les sigan, hipnotizados, hasta el punto de venta, donde la reunión se convierta en un frenesí de compras por impulso. Pero el cuento ha cambiado mucho en los últimos tiempos, y si bien sigue existiendo la figura del flautista, resulta que ahora quien sopla esa flauta ya no es necesariamente la marca, sino que cualquiera de nosotros puede hacerlo. De hecho, cuando quien sopla es «alguien como yo», alguien con quien nos podemos identificar y que no forma parte de la marca, esa música suena mejor a nuestros oídos…
Cuánto es demasiado?
Muchas veces nos preguntamos cuánto es demasiado a la hora de publicar, como Marca, en Facebook. La respuesta no es «lo suficiente como para que todos me lean», sino «lo mínimo para no ser pesado y que te tengan ganas»…